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Apocalipsis 13:2 - Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Esta bestia se parecía a un leopardo, ¡pero tenía las patas de un oso y la boca de un león! Y el dragón le dio a la bestia su propio poder y trono y gran autoridad.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 La bestia que vi se parecía a un leopardo, aunque sus patas eran como las de un oso y su boca como de un león. El dragón le entregó su poder y su trono con un imperio inmenso.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 La bestia que vi era semejante a un leopardo, pero sus pies eran como de oso, y su boca como boca de león.° Y el dragón le dio su poder y su trono, y una gran autoridad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 La bestia que vi era semejante a una pantera, sus patas eran como de oso y sus fauces como fauces de león. El dragón le dio su poder y su trono y gran autoridad.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Y la bestia que vi, era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad.

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Apocalipsis 13:2
27 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Sujetó con fuerza al dragón —la serpiente antigua, quien es el diablo, Satanás— y lo encadenó por mil años.


Los diez cuernos de la bestia son diez reyes que todavía no han subido al poder; pero estos serán designados como reyes por un breve momento para reinar junto con la bestia.


Este gran dragón —la serpiente antigua llamada diablo o Satanás, el que engaña al mundo entero— fue lanzado a la tierra junto con todos sus ángeles.


¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar.


Y la bestia fue capturada, y junto con ella, el falso profeta que hacía grandes milagros en nombre de la bestia; milagros que engañaban a todos los que habían aceptado la marca de la bestia y adorado a su estatua. Tanto la bestia como el falso profeta fueron lanzados vivos al lago de fuego que arde con azufre.


Adoraron al dragón por haberle dado semejante poder a la bestia y también adoraron a la bestia. «¿Quién es tan grande como la bestia? —exclamaban—. ¿Quién puede luchar contra ella?».


Luego el dragón trató de ahogar a la mujer con un torrente de agua que salía de su boca;


Cuando el dragón se dio cuenta de que había sido lanzado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón;


Después el quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia, y el reino de la bestia quedó sumergido en la oscuridad. Sus súbditos rechinaban los dientes por la angustia


En ese día ustedes serán como un hombre que huye de un león, solo para encontrarse con un oso. Y, al escapar del oso, apoya su mano contra una pared en su casa y lo muerde una serpiente.


¿Acaso puede un etíope cambiar el color de su piel? ¿Puede un leopardo quitarse sus manchas? Tampoco ustedes pueden comenzar a hacer el bien porque siempre han hecho lo malo.


Entonces ahora un león de la selva los atacará; un lobo del desierto se les echará encima. Un leopardo acechará cerca de sus ciudades, y hará trizas a quien se atreva a salir. Pues grande es la rebelión de ellos, y muchos son sus pecados.


Rugirán como leones, como los más fuertes entre los leones. Se lanzarán gruñendo sobre sus víctimas y se las llevarán, y no habrá nadie para rescatarlas.


Para los pobres, un gobernante malvado es tan peligroso como un león rugiente o un oso a punto de atacar.


Es menos peligroso toparse con una osa a la que le han robado sus crías que enfrentar a un necio en plena necedad.


Arrebátame de las fauces del león y de los cuernos de estos bueyes salvajes.


Eliseo se dio la vuelta, los miró y los maldijo en el nombre del Señor. Entonces dos osos salieron del bosque y atacaron a cuarenta y dos de ellos.


Sus caballos son más veloces que guepardos y más feroces que lobos al anochecer. Sus jinetes arremeten desde lejos. Como águilas, se lanzan en picada para devorar a sus presas.


Esto es lo que dice el Señor: «Un pastor que trate de rescatar una oveja de la boca del león solamente recuperará dos patas o un pedazo de oreja. Así será con los israelitas en Samaria que se recuestan en camas lujosas y con el pueblo de Damasco que se reclina en sillones.


Pues algún día la gente me seguirá. Yo, el Señor, rugiré como un león. Y cuando ruja, mi pueblo regresará temblando del occidente.


Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas, a fin de que yo pudiera predicar la Buena Noticia en toda su plenitud, para que todos los gentiles la oyeran. Y él me libró de una muerte segura.


»Yo sé que vives en la ciudad donde Satanás tiene su trono; sin embargo, has permanecido leal a mi nombre. Te rehusaste a negarme aun cuando mi fiel testigo, Antipas, murió como mártir en medio de ustedes, allí en la ciudad de Satanás.


Ejercía toda la autoridad de la primera bestia y exigía que toda la tierra y sus habitantes adoraran a la primera bestia, la que se había recuperado de su herida mortal.


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