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Amós 4:13 - Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Pues el Señor es quien formó las montañas, agita los vientos y da a conocer sus pensamientos a la humanidad. Él convierte la luz del amanecer en oscuridad y marcha sobre las alturas de la tierra. ¡El Señor Dios de los Ejércitos Celestiales es su nombre!

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Biblia Reina Valera 1960

13 Porque he aquí, el que forma los montes, y crea el viento, y anuncia al hombre su pensamiento; el que hace de las tinieblas mañana, y pasa sobre las alturas de la tierra; Jehová Dios de los ejércitos es su nombre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Porque ahí viene el que forma los montes y crea el viento, el que enseña al hombre la manera de reflexionar, el que tramó el mal contra esa gente, una desgracia tan grande que no podrán hacerle el quite ni caminar con la frente en alto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 El que formó los montes° y creó el viento, El que descubre al hombre sus pensamientos, El que hace salir la aurora de las tinieblas,° Y pisa sobre las alturas de la tierra, Se llama YHVH ’Elohey Sebaot.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Mirad que es Él quien forma las montañas y crea el viento, quien descubre al hombre su designio, quien hace la aurora y las tinieblas, quien camina por las cumbres de la tierra. Yahveh, Dios Sebaot, es su nombre.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 Porque he aquí, el que forma las montañas, y crea el viento, y declara al hombre su pensamiento; el que hace a las tinieblas mañana, y pasa sobre las alturas de la tierra; Jehová, El Dios de los ejércitos, es su nombre.

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Amós 4:13
38 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Es el Señor quien creó las estrellas, las Pléyades y el Orión. Él transforma la oscuridad en luz y el día en noche. Él levanta agua de los océanos y la vierte como lluvia sobre la tierra. ¡El Señor es su nombre!


¡Miren! ¡Viene el Señor! Sale de su trono en el cielo y pisotea las cumbres de la tierra.


El hogar del Señor llega hasta los cielos, mientras que sus cimientos están en la tierra. Él levanta agua de los océanos y la vierte como lluvia sobre la tierra. ¡El Señor es su nombre!


Nuestro Redentor, cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos Celestiales, es el Santo de Israel.


pero hay un Dios en el cielo, quien revela secretos y le ha dado a conocer al rey Nabucodonosor lo que ocurrirá en el futuro. Ahora le diré lo que soñó y las visiones que vio mientras estaba acostado en su cama.


Den gloria al Señor su Dios antes de que sea demasiado tarde. Reconózcanlo antes de que él traiga oscuridad sobre ustedes, la cual hace que tropiecen y caigan en las montañas sombrías. Pues entonces, cuando busquen luz, solo encontrarán terrible oscuridad y tinieblas.


Con tu poder formaste las montañas y te armaste de una fuerza poderosa.


¡Qué bendito eres, oh Israel! ¿Quién es como tú, un pueblo rescatado por el Señor? ¡Él es tu escudo protector y tu espada triunfante! Tus enemigos se arrastrarán ante ti, y tú los pisotearás con fuerza sobre la espalda».


Este mensaje vino del Señor con respecto al destino de Israel: «El siguiente mensaje es del Señor, quien extendió los cielos, puso los cimientos de la tierra y formó el espíritu humano.


»En aquel día —dice el Señor Soberano— haré que el sol se ponga al mediodía y que en pleno día se oscurezca la tierra.


¡Pero el Dios de Israel no es ningún ídolo! Él es el Creador de todo lo que existe, incluido su pueblo, su posesión más preciada. ¡El Señor de los Ejércitos Celestiales es su nombre!


¡Pero el Dios de Israel no es ningún ídolo! Él es el Creador de todo lo que existe, incluido Israel, su posesión más preciada. ¡El Señor de los Ejércitos Celestiales es su nombre!


¿Quién ha sostenido los océanos en la mano? ¿Quién ha medido los cielos con los dedos? ¿Quién sabe cuánto pesa la tierra, o ha pesado los montes y las colinas en una balanza?


Él lo dejó cabalgar sobre tierras altas y saciarse con las cosechas de los campos. Lo nutrió con miel de la roca y con aceite de oliva de los pedregales.


La nube se puso entre los egipcios y el campamento de los israelitas. Al atardecer, la nube se convirtió en fuego e iluminó la noche, pero los egipcios y los israelitas no se acercaron unos a otros en toda la noche.


Entonces Moisés extendió su mano hacia los cielos, y una densa oscuridad cubrió toda la tierra de Egipto por tres días.


El viento sopla hacia donde quiere. De la misma manera que oyes el viento pero no sabes de dónde viene ni adónde va, tampoco puedes explicar cómo las personas nacen del Espíritu.


¡El Señor Soberano es mi fuerza! Él me da pie firme como al venado, capaz de pisar sobre las alturas». (Para el director del coro: esta oración se acompaña con instrumentos de cuerda).


El Señor Soberano ha jurado por su propio nombre y esto es lo que dice el Señor Dios de los Ejércitos Celestiales: «Desprecio la arrogancia de Israel y odio sus fortalezas. Entregaré esta ciudad a sus enemigos junto con todo lo que hay en ella».


Por lo tanto, te mandaré al destierro, a un país al oriente de Damasco», dice el Señor, cuyo nombre es el Dios de los Ejércitos Celestiales.


»Escuchen ahora esto y anúncienlo por todo Israel —dice el Señor, el Señor Dios de los Ejércitos Celestiales—:


Cuando habla en los truenos, los cielos rugen con lluvia. Él hace que las nubes se levanten sobre la tierra. Envía el relámpago junto con la lluvia y suelta el viento de sus depósitos.


Cuando habla en los truenos, los cielos rugen con lluvia. Él hace que las nubes se levanten sobre la tierra. Envía el relámpago junto con la lluvia, y suelta el viento de sus depósitos.


aunque te llamas a ti misma la ciudad santa y dices que confías en el Dios de Israel, cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos Celestiales.


Rugirán sobre sus víctimas en aquel día de destrucción, como el rugido del mar. Si alguien extiende su mirada por toda la tierra, solo verá oscuridad y angustia; hasta la luz quedará oscurecida por las nubes.


Luego, a su orden todo se derrite; envía sus vientos y el hielo se disuelve.


Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; conoces mis pensamientos, aun cuando me encuentro lejos.


Hace que las nubes se eleven sobre toda la tierra. Envía relámpagos junto con la lluvia y suelta el viento desde sus depósitos.


No hacía falta que nadie le dijera sobre la naturaleza humana, pues él sabía lo que había en el corazón de cada persona.


Jesús sabía lo que ellos estaban pensando, así que les preguntó: «¿Por qué tienen pensamientos tan malvados en el corazón?


Y no es porque yo sea más sabio que los demás que conozco el secreto de su sueño, sino porque Dios quiere que su majestad entienda lo que estaba en su corazón cuando soñó.


Es un día de oscuridad y penumbra, un día de nubes densas y sombras profundas. De repente, como el amanecer se extiende sobre las montañas, aparece un ejército grande y poderoso. Nunca antes se había visto algo semejante, ni volverá a verse jamás.


Si él lo ordena, el sol no saldrá ni brillarán las estrellas.


Yo formo la luz y creo las tinieblas; yo envío los buenos tiempos y los malos. Yo, el Señor, soy el que hace estas cosas.


»Tan cierto como que yo vivo —dice el Rey, cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos Celestiales—, ¡alguien viene contra Egipto que es tan alto como el monte Tabor o como el monte Carmelo junto al mar!


Así que ahora, vuélvete a tu Dios. Actúa con amor y justicia, y confía siempre en él.


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