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Abdías 1:15 - Biblia Nueva Traducción Viviente

15 »¡Se acerca el día cuando yo, el Señor, juzgaré a todas las naciones paganas! Como le hiciste a Israel, así se hará contigo. Todas tus malas acciones recaerán sobre tu cabeza.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Porque cercano está el día de Jehová sobre todas las naciones; como tú hiciste se hará contigo; tu recompensa volverá sobre tu cabeza.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Ya viene, para todas las naciones, el día de Yavé: como tú has hecho, así se te hará; sobre tu cabeza recaerá tu merecido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Porque cercano está el día de YHVH Para todas las naciones. Conforme hiciste, así se te hará: Tus hechos caerán sobre tu propia cabeza.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Porque está cerca el día de Yahveh contra todas las naciones. Como hiciste, te harán: tu paga caerá sobre tu cabeza.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

15 Porque cercano está el día de Jehová sobre todas las naciones; como tú hiciste se hará contigo; tu galardón volverá sobre tu cabeza.

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Abdías 1:15
28 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Debido a que saqueaste a muchas naciones, ahora todos los sobrevivientes te saquearán a ti. Cometiste asesinatos por toda la tierra y llenaste los pueblos de violencia.


No habrá compasión para quienes no hayan tenido compasión de otros, pero si ustedes han sido compasivos, Dios será misericordioso con ustedes cuando los juzgue.


Pues serán tratados de la misma forma en que traten a los demás. El criterio que usen para juzgar a otros es el criterio con el que se les juzgará a ustedes.


porque ya se acerca el día terrible, ¡el día del Señor! Será un día de nubes y de penumbra, un día de desesperación para las naciones.


Derramaré mi venganza sobre las naciones que se niegan a obedecerme».


»Manden llamar a los arqueros para que vengan a Babilonia. Rodeen la ciudad para que nadie escape. Háganle lo mismo que ella les hizo a otros, porque desafió al Señor, el Santo de Israel.


Oh Babilonia, serás destruida; feliz será el que te haga pagar por lo que nos has hecho.


El día del Señor está cerca, el día cuando la destrucción viene de parte del Todopoderoso. ¡Qué terrible será aquel día!


Tú te alegraste cuando el territorio de Israel fue devastado. ¡Ahora yo me alegraré de tu desolación! ¡Serán exterminados, ustedes, pueblo del monte Seir y todos los que viven en Edom! Entonces sabrán que yo soy el Señor”.


Así dice el Señor: «Si el inocente debe sufrir, ¡cuanto más tú! ¡No quedarás sin castigo! ¡Debes beber de esta copa de juicio!


Adoni-bezec dijo: «Una vez yo tuve setenta reyes sin los pulgares de las manos y los dedos gordos de los pies, comiendo migajas debajo de mi mesa. Ahora Dios me devolvió lo que les hice». Y se lo llevaron a Jerusalén, donde murió.


»¿Por qué el Todopoderoso no trae a juicio a los malvados? ¿Por qué los justos deben esperarlo en vano?


Vienen contra Babilonia ejércitos destructores. Apresan a sus hombres valientes y sus armas se quiebran en sus manos. Pues el Señor es Dios que da justo castigo; él siempre le da a cada cual su merecido.


Por lo tanto, tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, te pagaré todos tus actos de enojo con los míos. Te castigaré por todos tus actos de enojo, envidia y odio; y me daré a conocer a Israel por medio de lo que yo te haga a ti.


¡Toquen las trompetas en Jerusalén! ¡Den la alarma en mi monte santo! Que todos tiemblen de miedo porque está cerca el día del Señor.


El Señor va a la cabeza de la columna; con un grito los guía. Este es su ejército poderoso y ellos siguen sus órdenes. El día del Señor es algo imponente y pavoroso. ¿Quién lo podrá sobrevivir?


Qué aflicción les espera a ustedes que dicen: «¡Si tan solo hoy fuera el día del Señor!». No tienen la menor idea de lo que desean. Ese día no traerá luz, sino oscuridad.


Así es, el día del Señor será oscuro y sin remedio, sin un rayo de alegría ni esperanza.


pero cuando Ester se presentó ante el rey, él emitió un decreto que causó que el plan siniestro de Amán se volviera en su contra, y tanto Amán como sus hijos fueron atravesados en un poste afilado.


Un hombre malvado queda preso por sus propios pecados; son cuerdas que lo atrapan y no lo sueltan.


Esto dice el Señor: «Desarraigaré de sus tierras a todas las naciones malvadas que extendieron la mano para tomar lo que le di a Israel. Desarraigaré a Judá de entre ellos,


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