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2 Tesalonicenses 3:8 - Biblia Nueva Traducción Viviente

8 En ningún momento aceptamos comida de nadie sin pagarla. Trabajamos mucho de día y de noche a fin de no ser una carga para ninguno de ustedes.

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Biblia Reina Valera 1960

8 ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 No pedimos a nadie un pan que no hubiéramos ganado, sino que trabajamos duramente noche y día hasta cansarnos para no ser una carga para ninguno.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 ni comimos de balde el pan de nadie; sino que trabajamos con afán y fatiga de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 ni comimos gratis el pan en casa de nadie, sino que con nuestros esfuerzos y sudores trabajamos día y noche, para no ser gravoso a ninguno de vosotros.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 ni comimos de balde el pan de ninguno; sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser carga a ninguno de vosotros;

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2 Tesalonicenses 3:8
14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿Acaso no se acuerdan, amados hermanos, cuánto trabajamos entre ustedes? Día y noche nos esforzamos por ganarnos la vida, a fin de no ser una carga para ninguno de ustedes mientras les predicábamos la Buena Noticia de Dios.


Pablo se quedó a vivir y a trabajar con ellos, porque eran fabricantes de carpas al igual que él.


Pónganse como objetivo vivir una vida tranquila, ocúpense de sus propios asuntos y trabajen con sus manos, tal como los instruimos anteriormente.


Si eres ladrón, deja de robar. En cambio, usa tus manos en un buen trabajo digno y luego comparte generosamente con los que tienen necesidad.


Nos cansamos trabajando con nuestras manos para ganarnos la vida. Bendecimos a los que nos maldicen. Somos pacientes con los que nos maltratan.


Les ordenamos a tales personas y les rogamos en el nombre del Señor Jesucristo que se tranquilicen y que trabajen para ganarse la vida.


Cuando estuve con ustedes y no tenía lo suficiente para vivir, no llegué a ser una carga financiera para nadie. Pues los hermanos que llegaron de Macedonia me trajeron todo lo que necesitaba. Nunca he sido una carga para ustedes y jamás lo seré.


Ustedes saben que mis dos manos han trabajado para satisfacer mis propias necesidades e incluso las necesidades de los que estuvieron conmigo.


Está atenta a todo lo que ocurre en su hogar, y no sufre las consecuencias de la pereza.


Las provisiones que yo pagaba todos los días incluían: un buey, seis ovejas o cabras selectas y una gran cantidad de carne de ave. Además, cada diez días necesitábamos una abundante provisión de toda clase de vino. Sin embargo, rehusé exigir la ración que me correspondía como gobernador porque el pueblo ya tenía una carga pesada.


¿Acaso no tenemos derecho de hospedarnos con ustedes y compartir sus comidas?


He trabajado con esfuerzo y por largas horas y soporté muchas noches sin dormir. He tenido hambre y sed, y a menudo me he quedado sin nada que comer. He temblado de frío, sin tener ropa suficiente para mantenerme abrigado.


Bajemos al río Jordán, donde hay bastantes troncos. Allí podemos construir un lugar para reunirnos. —Me parece bien —les dijo Eliseo—, vayan.


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