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2 Samuel 16:1 - Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Cuando David pasó un poco más allá de la cima del monte de los Olivos, Siba, el siervo de Mefiboset, lo estaba esperando. Tenía dos burros cargados con doscientos panes, cien racimos de pasas, cien ramas con frutas de verano y un cuero lleno de vino.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Cuando David pasó un poco más allá de la cumbre del monte, he aquí Siba el criado de Mefi-boset, que salía a recibirle con un par de asnos enalbardados, y sobre ellos doscientos panes, cien racimos de pasas, cien panes de higos secos, y un cuero de vino.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Cuando David llegó a la cumbre, Siba, el servidor de Meribaal, salió a su encuentro con un par de burros. Llevaba doscientos panes, cien racimos de pasas, cien frutas de la estación y un cuero de vino.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Y cuando David hubo pasado un poco más allá de la cumbre, he aquí Siba, siervo de Mefi-boset, venía a su encuentro con un par de asnos aparejados con° doscientos panes, cien racimos de pasas, cien panes de higos secos y un odre de vino.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Apenas David había traspuesto la cumbre, salió a su encuentro Sibá, criado de Meribaal, con un par de asnos aparejados y cargados con doscientos panes, cien racimos de uvas pasas, cien frutas de verano y un odre de vino.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Y cuando David pasó un poco más allá de la cumbre del monte, he aquí Siba, el criado de Mefiboset, que salía a recibirle con un par de asnos enalbardados, y sobre ellos doscientos panes, y cien racimos de pasas, y cien panes de higos secos y un odre de vino.

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2 Samuel 16:1
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Sin perder tiempo, Abigail juntó doscientos panes, dos cueros llenos de vino, cinco ovejas destazadas y preparadas, treinta y seis litros de trigo tostado, cien racimos de pasas y doscientos pasteles de higo. Lo cargó todo en burros


Al llegar David a la cima del monte de los Olivos, donde la gente adoraba a Dios, Husai el arquita lo estaba esperando. Husai había rasgado sus ropas y había echado polvo sobre su cabeza en señal de duelo.


Entonces el Señor Soberano me mostró otra visión. Esta vez vi una cesta llena de fruta madura.


comenzaron a regresar a Judá de los lugares adonde habían huido. Se detuvieron en Mizpa para encontrarse con Gedalías y luego se fueron a los campos de Judá para recoger una gran cosecha de uvas y de otros cultivos.


En cuanto a mí, permaneceré en Mizpa para representarlos a ustedes ante los babilonios cuando vengan a reunirse con nosotros. Establézcanse en las ciudades que han tomado y vivan de la tierra. Cosechen las uvas, los frutos de verano y los olivos, y almacénenlos».


Además, gente de lugares tan lejanos como Isacar, Zabulón y Neftalí trajo alimentos en burros, camellos, mulas y bueyes. Llevaron a la celebración cantidades enormes de harina, pasteles de higos, racimos de pasas, vino, aceite de oliva, ganado, ovejas y cabras. Hubo gran alegría por toda la tierra de Israel.


Era muy anciano —tenía ochenta años de edad— y muy rico. Él fue quien proveyó el alimento para el rey durante el tiempo que pasó en Mahanaim.


Entonces David subió el camino que lleva al monte de los Olivos, llorando mientras caminaba. Llevaba la cabeza cubierta y los pies descalzos en señal de duelo. Las personas que iban con él también se cubrieron la cabeza y lloraban mientras subían el monte.


Isaí hizo caso y envió a su hijo David a Saúl, junto con un cabrito, un burro cargado de pan y un cuero lleno de vino.


»Cuando llegues al roble de Tabor, te encontrarás con tres hombres que van camino a Betel para adorar a Dios. Uno llevará tres cabritos, otro tendrá tres panes y el tercero un odre lleno de vino.


¡Miserable de mí! Me siento como el recolector de fruta que después de cosechar no encuentra nada que comer. No encuentro ni un racimo de uvas ni uno de los primeros higos para saciar mi hambre.


Ofrecer un regalo puede abrir puertas; ¡es una vía de acceso a la gente importante!


Otros mil hombres de la tribu de Benjamín estaban con él, entre ellos Siba, el sirviente principal de la casa de Saúl, los quince hijos de Siba y sus veinte sirvientes. Bajaron corriendo hasta llegar al Jordán para recibir al rey.


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