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2 Samuel 12:18 - Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Finalmente, al séptimo día, el niño murió. Los consejeros de David tenían temor de decírselo. «No escuchaba razones cuando el niño estaba enfermo —se decían—, ¿qué locura hará cuando le digamos que el niño murió?».

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Biblia Reina Valera 1960

18 Y al séptimo día murió el niño; y temían los siervos de David hacerle saber que el niño había muerto, diciendo entre sí: Cuando el niño aún vivía, le hablábamos, y no quería oír nuestra voz; ¿cuánto más se afligirá si le decimos que el niño ha muerto?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Al séptimo día, el niño murió. Los servidores de David no se atrevían a comunicarle la noticia, pues se decían: 'Si cuando el niño estaba todavía vivo, le hablábamos y no quería hacernos caso, ¿qué no hará ahora cuando le comuniquemos que el niño murió?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Al séptimo día aconteció que el niño murió, y los siervos de David temían informarle que el niño había muerto, pues se decían: He aquí, cuando el niño estaba vivo, le hablábamos y no quería oír nuestra voz, ¿cuánto más se afligirá si le decimos que el niño ha muerto?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Al séptimo día murió el niño, y los servidores de David temían darle la noticia de la muerte, porque se decían: 'Si cuando el niño estaba vivo le hablábamos y no quería escucharnos, ¿cómo vamos a decirle ahora que ha muerto el niño? ¡Cometerá un desatino!'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

18 Y aconteció que al séptimo día murió el niño. Y los siervos de David temían hacerle saber que el niño había muerto, y decían entre sí: Cuando el niño aún vivía, le hablábamos, y no quería oír nuestra voz; ¿cuánto más se afligirá si le decimos que el niño ha muerto?

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2 Samuel 12:18
3 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Nuestros antepasados bajaron a Egipto y allí vivimos un largo tiempo. Los egipcios nos maltrataron brutalmente, tanto a nosotros como a nuestros antepasados;


Entonces los ancianos de su casa le rogaban que se levantara y comiera con ellos, pero él se negó.


Cuando David vio que susurraban entre sí, se dio cuenta de lo que había pasado. —¿Murió el niño? —preguntó. —Sí —le contestaron—, ya murió.


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