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2 Reyes 8:3 - Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Una vez que pasó el hambre, la mujer regresó de la tierra de los filisteos y fue a ver al rey para recuperar su casa y sus tierras.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y cuando habían pasado los siete años, la mujer volvió de la tierra de los filisteos; después salió para implorar al rey por su casa y por sus tierras.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Al cabo de los siete años, volvió la mujer del territorio de los filisteos y fue a reclamar al rey su casa y su campo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y sucedió al cabo de siete años que la mujer volvió de la tierra de los filisteos, y salió para implorar al rey por su casa, y por su terreno.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Al cabo de los siete años, volvió la mujer del país de los filisteos y se presentó al rey para reclamar su casa y su campo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Y aconteció que cuando habían pasado los siete años, la mujer volvió de la tierra de los filisteos y fue a clamar al rey por su casa y por sus tierras.

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2 Reyes 8:3
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Hizo justicia al pobre y al necesitado y los ayudó, y le fue bien en todo. ¿No es eso lo que significa conocerme? —dice el Señor—.


—¿Es cierto? —le preguntó el rey. Y ella le contó la historia. Entonces el rey dio instrucciones a uno de sus funcionarios para que la mujer recuperara todo lo que había perdido, incluso el valor de todos los cultivos que se habían cosechado durante su ausencia.


Cierto día, mientras el rey de Israel caminaba por la muralla de la ciudad, una mujer lo llamó: —¡Mi señor el rey, por favor, ayúdeme! —le dijo.


Eliseo le dijo a Giezi: «Dile: “Agradecemos tu amable interés por nosotros. ¿Qué podemos hacer por ti? ¿Quieres que te recomendemos con el rey o con el comandante del ejército?”». «No —contestó ella—, mi familia me cuida bien».


Cuando la mujer de Tecoa se acercó al rey, se inclinó rostro en tierra con profundo respeto y exclamó: —¡Oh rey, ayúdeme!


Entonces la mujer hizo lo que el hombre de Dios le indicó. Tomó a su familia y se estableció en la tierra de los filisteos por siete años.


Cuando ella entró, el rey estaba conversando con Giezi, el sirviente del hombre de Dios, y acababa de decirle: «Cuéntame algunas de las grandes cosas que ha hecho Eliseo».


Acompañada por sus dos nueras, partió del lugar donde vivía y tomó el camino que las llevaría de regreso a Judá.


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