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2 Reyes 8:12 - Biblia Nueva Traducción Viviente

12 —¿Qué pasa, mi señor? —le preguntó Hazael. —Yo sé las cosas terribles que tú le harás al pueblo de Israel —contestó Eliseo—. ¡Quemarás sus ciudades fortificadas, matarás a sus muchachos a filo de espada, estrellarás a sus niños contra el suelo y abrirás el vientre a sus mujeres embarazadas!

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Biblia Reina Valera 1960

12 Entonces le dijo Hazael: ¿Por qué llora mi señor? Y él respondió: Porque sé el mal que harás a los hijos de Israel; a sus fortalezas pegarás fuego, a sus jóvenes matarás a espada, y estrellarás a sus niños, y abrirás el vientre a sus mujeres que estén encintas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Jazael le dijo: '¿Por qué lloras, señor?' Respondió: 'Porque veo todo el mal que harás a los israelitas. Quemarás sus fortalezas, matarás a espada a sus jóvenes, aplastarás a los niños y abrirás el vientre a las mujeres embarazadas'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y Hazael dijo: ¿Por qué llora mi señor? Y él dijo: Porque sé el mal que harás a los hijos de Israel: a sus fortalezas prenderás fuego, a sus jóvenes matarás a espada, y estrellarás a sus niños, y abrirás el vientre a sus mujeres embarazadas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Jazael le preguntó: '¿Por qué llora mi señor?'. Respondió él: 'Porque sé el mal que vas a hacer a los israelitas: entregarás al fuego sus fortalezas, matarás a filo de espada a sus jóvenes, estrellarás a sus niños de pecho y abrirás el vientre a sus embarazadas'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 Entonces le dijo Hazael: ¿Por qué llora mi señor? Y él respondió: Porque sé el mal que has de hacer a los hijos de Israel: a sus fortalezas prenderás fuego, y a sus jóvenes matarás a espada, y estrellarás a sus niños, y abrirás el vientre a sus mujeres encinta.

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2 Reyes 8:12
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El pueblo de Samaria debe sufrir las consecuencias de su culpa porque se rebeló contra su Dios. Un ejército invasor los matará; a sus niños los estrellarán contra el suelo hasta matarlos, y a las embarazadas las abrirán con espadas».


Sin embargo, Tebas cayó y su gente fue llevada cautiva y sus bebés fueron estrellados contra las piedras de las calles hasta morir. Los soldados tiraban los dados para quedarse con los oficiales egipcios como sirvientes. Ataron con cadenas a todos sus líderes.


En esos días, Manahem destruyó la ciudad de Tapúa y todos sus alrededores hasta Tirsa, porque sus habitantes se negaron a entregar la ciudad. Mató a toda la población y les abrió el vientre a las mujeres embarazadas.


Por eso el Señor estaba muy enojado con los israelitas y permitió que el rey Hazael de Aram y su hijo Ben-adad los derrotaran en repetidas ocasiones.


En esos días, el rey Hazael de Aram entró en guerra contra Gat y la tomó. Luego se dirigió a atacar Jerusalén.


Esto es lo que dice el Señor: «¡Los habitantes de Amón han pecado una y otra vez y no permitiré que queden sin castigo! Cuando atacaron a Galaad para extender sus fronteras, con sus espadas abrieron a las mujeres embarazadas.


Ante sus propios ojos, estrellarán a sus niños pequeños hasta matarlos. Sus hogares serán saqueados, y sus mujeres, violadas.


Finalmente, el ejército de Joacaz quedó reducido a cincuenta conductores de carros de guerra, diez carros de guerra y diez mil soldados de infantería. El rey de Aram había matado a los demás, pisoteándolos como al polvo debajo de sus pies.


Ahora los terrores de la guerra se levantarán entre su gente. Todas sus fortificaciones caerán, tal como Salmán destruyó a Bet-arbel. Allí, a las madres y a los niños los estrellaron contra el suelo hasta matarlos.


Los ejércitos agresores traspasarán a los jóvenes con sus flechas. No tendrán misericordia de los indefensos bebés ni compasión de los niños».


Entonces ella dijo: «¿Acaso yo te pedí un hijo, señor mío? ¿Acaso no te dije: “No me engañes ni me des falsas esperanzas”?».


¿No te han contado, señor mío, de cuando Jezabel intentaba matar a los profetas del Señor? Yo escondí a cien de ellos en dos cuevas y les di comida y agua.


¡A cualquiera que escape de Hazael, Jehú lo matará; y a los que escapen de Jehú, Eliseo los matará!


El rey Hazael de Aram había oprimido a Israel durante todo el reinado de Joacaz,


Entonces el rey Joás recogió todos los objetos sagrados que Josafat, Yoram y Ocozías —los reyes anteriores de Judá— habían dedicado junto con los que él mismo había dedicado. Después le envió todo a Hazael, junto con el oro que había en los tesoros del templo del Señor y en el palacio real. Como resultado, Hazael suspendió su ataque a Jerusalén.


Regresa, oh Israel, al Señor tu Dios, porque tus pecados te hicieron caer.


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