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2 Reyes 5:5 - Biblia Nueva Traducción Viviente

5 «Ve a visitar al profeta —le dijo el rey de Aram—. Te daré una carta de presentación para que se la lleves al rey de Israel». Entonces Naamán emprendió viaje y llevaba de regalo trescientos cuarenta kilos de plata, sesenta y ocho kilos de oro, y diez mudas de ropa.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Y le dijo el rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré cartas al rey de Israel. Salió, pues, él, llevando consigo diez talentos de plata, y seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestidos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 El rey de Aram le dijo: '¡Anda inmediatamente! Te voy a entregar una carta para el rey de Israel'. Se puso en camino, llevando diez talentos de plata, seis mil piezas de oro y diez trajes para cambiarse.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y el rey de Siria dijo: Ve allí con una carta° para el rey de Israel. Y partió llevando en su mano diez talentos de plata, seis mil piezas° de oro y diez mudas de vestidos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 El rey de Aram le contestó: 'Vete, pues, y yo enviaré una carta al rey de Israel'. Se puso en camino, llevando consigo diez talentos de plata, seis mil siclos de oro y diez vestidos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Y le dijo el rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré una carta al rey de Israel. Partió, pues, él, llevando consigo diez talentos de plata, y seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestiduras.

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2 Reyes 5:5
21 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Sansón les dijo a estos jóvenes: —Les propongo un acertijo. Si lo resuelven durante estos siete días de celebración, les daré treinta mantos de lino fino y treinta trajes de ropa para fiesta.


Presten atención, ustedes que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y nos quedaremos un año. Haremos negocios allí y ganaremos dinero».


Déjenme decirles ahora lo que haré con mi viña: echaré abajo sus cercos y dejaré que se destruya. Derrumbaré sus muros y dejaré que los animales la pisoteen.


Me dije: «Vamos, probemos los placeres. ¡Busquemos “las cosas buenas” de la vida!»; pero descubrí que eso también carecía de sentido.


Otro día, un hombre de Baal-salisa le trajo al hombre de Dios un saco de grano fresco y veinte panes de cebada que había preparado con el primer grano de su cosecha. Entonces Eliseo dijo: —Dénselo a la gente para que coma.


Durante la visita, el rey de Israel dijo a sus funcionarios: «¿Se dan cuenta de que la ciudad de Ramot de Galaad nos pertenece? ¡Sin embargo, no hemos hecho nada por recuperarla de manos del rey de Aram!».


Después el rey dijo al hombre de Dios: —Ven al palacio conmigo, come algo y te daré un regalo.


Entonces los mensajeros de Balac y los ancianos de Moab y de Madián, partieron con el dinero para pagarle a Balaam a fin de que maldijera a Israel. Llegaron donde estaba Balaam y le transmitieron el mensaje de Balac.


A cada uno le dio ropa nueva, pero a Benjamín le dio cinco mudas de ropa y trescientas monedas de plata.


Vamos a bajar a confundirlos con diferentes idiomas; así no podrán entenderse unos a otros».


Comenzaron a decirse unos a otros: «Vamos a hacer ladrillos y endurecerlos con fuego». (En esa región, se usaban ladrillos en lugar de piedra y la brea se usaba como mezcla).


Entonces Naamán le contó al rey lo que había dicho la joven israelita.


La carta para el rey de Israel decía: «Mediante esta carta presento a mi siervo Naamán. Quiero que lo sanes de su lepra».


Ofrecer un regalo puede abrir puertas; ¡es una vía de acceso a la gente importante!


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