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2 Reyes 5:11 - Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Naamán se enojó mucho y se fue muy ofendido. «¡Yo creí que el profeta iba a salir a recibirme! —dijo—. Esperaba que él moviera su mano sobre la lepra e invocara el nombre del Señor su Dios ¡y me sanara!

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Biblia Reina Valera 1960

11 Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11-12 Naamán se enojó y se fue diciendo: 'Yo pensaba que saldría a verme en persona, que invocaría el nombre de Yavé su Dios, que pasaría su mano por la parte enferma y que me libraría de la lepra. ¿No son los ríos de Damasco, el Abna y el Parpar, mejores que todos los de Israel? ¡Me habría bastado con lavarme allí para sanarme!' Muy enojado dio media vuelta para irse.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Pero Naamán se retiró airado, diciendo: He aquí yo pensaba: Seguramente saldrá a mi encuentro, se detendrá, e invocará el nombre de YHVH su Dios, y agitará su mano frente el lugar,° y curará la lepra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Irritóse Naamán y se fue diciendo: 'Yo pensaba: seguramente saldrá, se detendrá, invocará el nombre de Yahveh, su Dios, frotará con su mano la parte enferma y curará a este leproso.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano, y tocará el lugar, y sanará la lepra.

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2 Reyes 5:11
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Tengan cuidado de no negarse a escuchar a Aquel que habla. Pues, si el pueblo de Israel no escapó cuando se negó a escuchar a Moisés, el mensajero terrenal, ¡ciertamente nosotros tampoco escaparemos si rechazamos a Aquel que nos habla desde el cielo!


Les digo la verdad, todo el que recibe a mi mensajero me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe al Padre, quien me envió.


Jesús le preguntó: —¿Acaso nunca van a creer en mí a menos que vean señales milagrosas y maravillas?


Pues aquellos que se exaltan a sí mismos serán humillados, y los que se humillan a sí mismos serán exaltados».


Cuando el joven escuchó lo que Jesús le dijo, se fue triste porque tenía muchas posesiones.


—Es verdad, Señor —respondió la mujer—, pero hasta a los perros se les permite comer las sobras que caen bajo la mesa de sus amos.


—Señor —dijo el oficial—, no soy digno de que entres en mi casa. Tan solo pronuncia la palabra desde donde estás y mi siervo se sanará.


El orgullo lleva a conflictos; los que siguen el consejo son sabios.


No te dejes impresionar por tu propia sabiduría. En cambio, teme al Señor y aléjate del mal.


Pues los simplones se apartan de mí hacia la muerte. Los necios son destruidos por su despreocupación.


Ahora devuelve la mujer a su esposo; y él orará por ti, porque es profeta. Entonces vivirás; pero si no la devuelves, puedes estar seguro de que tú y todo tu pueblo morirán.


pero Eliseo le mandó a decir mediante un mensajero: «Ve y lávate siete veces en el río Jordán. Entonces tu piel quedará restaurada, y te sanarás de la lepra».


¿Acaso los ríos de Damasco —el Abaná y el Farfar— no son mejores que cualquier río de Israel? ¿Por qué no puedo lavarme en uno de ellos y sanarme?». Así que Naamán dio media vuelta y salió enfurecido.


Entonces ella hizo lo que se le indicó. Sus hijos le traían las jarras y ella las llenaba una tras otra.


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