8 Josías trasladó a Jerusalén a todos los sacerdotes que vivían en otras ciudades de Judá. También profanó los santuarios paganos donde habían ofrecido sacrificios, desde Geba hasta Beerseba. Destruyó los santuarios que estaban a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de Jerusalén. Esta puerta estaba situada a la izquierda de la puerta principal de la entrada a la ciudad.
8 E hizo venir todos los sacerdotes de las ciudades de Judá, y profanó los lugares altos donde los sacerdotes quemaban incienso, desde Geba hasta Beerseba; y derribó los altares de las puertas que estaban a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad, que estaban a la mano izquierda, a la puerta de la ciudad.
8 Llamó a todos los sacerdotes de las ciudades de Judá; profanó los Altos Lugares donde esos sacerdotes ofrecían incienso, desde Guebá hasta Berseba. Demolió el Alto Lugar de las puertas, que estaba a la entrada de la Puerta de Josué, gobernador de la ciudad, a la izquierda de la entrada a la ciudad.
8 Hizo acudir a todos los sacerdotes de las ciudades de Judá, y declaró inmundos los lugares altos donde los sacerdotes quemaban incienso, desde Gabaa hasta Beerseba, y destruyó los lugares altos de las puertas que estaban en la entrada del portón de Josué, gobernador de la ciudad, a la izquierda de la entrada de la ciudad.
8 Hizo venir de las ciudades de Judá a todos los sacerdotes y profanó los lugares altos donde estos sacerdotes habían quemado incienso, desde Gueba hasta Berseba. Destruyó los altares de los sátiros que había a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad, a la izquierda, entrando por la puerta de la ciudad.
8 E hizo venir a todos los sacerdotes de las ciudades de Judá, y profanó los lugares altos donde los sacerdotes quemaban incienso, desde Gabaa hasta Beerseba; y derribó los altares de las puertas que estaban a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad, que estaban a la mano izquierda, a la puerta de la ciudad.
Entonces el rey Asa mandó una orden por todo Judá mediante la cual exigía que toda persona, sin excepción, ayudara a transportar las piedras de construcción y la madera que Baasa estaba usando para fortificar Ramá. Asa empleó esos mismos materiales para fortificar la ciudad de Geba en Benjamín y la ciudad de Mizpa.
Toda la tierra desde Geba, al norte de Judá, hasta Rimón, al sur de Jerusalén, se convertirá en una inmensa llanura. Pero Jerusalén será levantada en su lugar original y estará poblada desde la puerta de Benjamín hasta el sitio de la puerta vieja, luego hasta la puerta de la Esquina, y desde la torre de Hananeel hasta las prensas de vino del rey.
Están cruzando el paso de montaña y acampando en Geba. El poblado de Ramá queda paralizado de temor y toda la gente de Guibeá, el pueblo de Saúl, corre para salvar su vida.
Además, del territorio de Benjamín, recibieron Gabaón, Geba, Alemet y Anatot, cada una con sus pastizales. De modo que se les entregaron trece ciudades a los descendientes de Aarón.
Entonces todos los israelitas se unieron como un solo hombre, desde Dan en el norte hasta Beerseba en el sur, incluidos los del otro lado del Jordán, en la tierra de Galaad. Toda la comunidad se reunió en asamblea ante la presencia del Señor en Mizpa.
Así que a la mañana siguiente Abraham se levantó temprano, preparó comida y un recipiente de agua, y amarró todo a los hombros de Agar. Luego la despidió junto con su hijo, y ella anduvo errante por el desierto de Beerseba.
Además, los hombres de la tribu de Leví que me abandonaron cuando Israel se alejó de mí para rendir culto a ídolos tendrán que sufrir las consecuencias de su infidelidad.
No adoren en los altares paganos en Betel; no vayan a los altares en Gilgal ni en Beerseba. Pues el pueblo de Gilgal será arrastrado al destierro y el pueblo de Betel será reducido a nada».