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2 Reyes 23:33 - Biblia Nueva Traducción Viviente

33 El faraón Necao metió a Joacaz en la cárcel de Ribla, en la tierra de Hamat, para impedir que gobernara en Jerusalén. También exigió que Judá pagara un tributo de tres mil cuatrocientos kilos de plata, y treinta y cuatro kilos de oro.

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Biblia Reina Valera 1960

33 Y lo puso preso Faraón Necao en Ribla en la provincia de Hamat, para que no reinase en Jerusalén; e impuso sobre la tierra una multa de cien talentos de plata, y uno de oro.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

33 En Ribla, en el territorio de Jamat, el faraón Necao lo mandó encadenar, poniendo fin a su reinado en Jerusalén; después impuso al país un tributo de cien talentos de plata y diez talentos de oro.

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La Biblia Textual 3a Edicion

33 Y Faraón Necao lo encarceló en Ribla, en el territorio de Hamat, para que no reinara en Jerusalem, e impuso sobre la tierra un tributo de cien talentos de plata y uno de oro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

33 El Faraón Necó lo mandó encadenar en Riblá, en el país de Jamat, para que no reinara en Jerusalén, e impuso al país una contribución de cien talentos de plata y un talento de oro.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

33 Y Faraón Necao lo encarceló en Ribla en la provincia de Hamat, para que no reinase él en Jerusalén; e impuso sobre la tierra un tributo de cien talentos de plata y un talento de oro.

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2 Reyes 23:33
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Capturaron al rey y lo llevaron ante el rey de Babilonia, que se encontraba en Ribla, donde dictó sentencia contra Sedequías.


Entonces Salomón y todo Israel celebraron el Festival de las Enramadas en presencia del Señor nuestro Dios. Se había reunido una gran multitud desde lugares tan lejanos como Lebo-hamat, en el norte, y el arroyo de Egipto, en el sur. La celebración continuó catorce días en total: siete días para la dedicación del altar y siete días para el Festival de las Enramadas.


Los que pierden los estribos con facilidad tendrán que sufrir las consecuencias. Si los proteges de ellas una vez, tendrás que volver a hacerlo.


Durante el reinado de Josías, el faraón Necao, rey de Egipto, fue al río Éufrates para ayudar al rey de Asiria. El rey Josías y su ejército salieron a enfrentarlo, pero el rey Necao mató a Josías cuando se encontraron en Meguido.


Entonces el rey Ezequías envió el siguiente mensaje al rey de Asiria que estaba en Laquis: «Yo he actuado mal. Si tú te retiras, te pagaré cualquier tributo que exijas». Así que el rey de Asiria exigió un pago de más de diez toneladas de plata y una tonelada de oro.


y bajará a Ribla al oriente de Aín. De allí la frontera descenderá a lo largo de la orilla oriental del mar de Galilea,


Así que subieron y exploraron la tierra desde el desierto de Zin hasta Rehob, cerca de Lebo-hamat.


»Supongamos que dos hombres pelean y, durante la lucha, golpean accidentalmente a una mujer embarazada y ella da a luz antes de término. Si ella no sufrió más heridas, el hombre que golpeó a la mujer estará obligado a pagar la compensación que el esposo de la mujer exija y que los jueces aprueben.


Para obtener la plata y el oro que el faraón Necao exigía como tributo, Joacim recaudaba un impuesto de los habitantes de Judá, para el cual les pedía que pagaran en proporción a sus riquezas.


Nabuzaradán, capitán de la guardia, los llevó a todos ante el rey de Babilonia, que se encontraba en Ribla.


En el cuarto año del reinado de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá, se dio este mensaje con relación a Egipto. Fue en ocasión de la batalla de Carquemis cuando Nabucodonosor de Babilonia venció al faraón Necao, rey de Egipto y a su ejército, junto al río Éufrates.


Derribó fortalezas y destruyó sus aldeas y ciudades. Las granjas quedaron devastadas, y las cosechas, destruidas. La tierra y sus habitantes temblaban de miedo cuando lo oían rugir.


Lo arrastraron con ganchos, lo encerraron en una jaula y lo llevaron ante el rey de Babilonia. Lo mantuvieron cautivo, para que nunca más se oyera su voz en los montes de Israel.


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