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2 Reyes 22:13 - Biblia Nueva Traducción Viviente

13 «Vayan al templo y consulten al Señor por mí, por el pueblo y por toda la gente de Judá. Pregunten acerca de las palabras escritas en este rollo que se encontró. Pues el gran enojo del Señor arde contra nosotros, porque nuestros antepasados no obedecieron las palabras de este rollo. No hemos estado haciendo todo lo que dice que debemos hacer».

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Biblia Reina Valera 1960

13 Id y preguntad a Jehová por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no escucharon las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que nos fue escrito.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 'Vayan a consultar a Yavé por mí, por el pueblo y por todo Judá respecto a las palabras de este libro que se acaba de encontrar. Yavé debe estar listo para descargar sobre nosotros toda su cólera porque nuestros padres desobedecieron las palabras de ese libro y no pusieron en práctica todo lo que allí está escrito'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Id y consultad a YHVH por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, respecto a las palabras de este Rollo que se ha hallado, porque grande es la ira de YHVH que se ha encendido contra nosotros, porque nuestros padres no escucharon las palabras de este Rollo, para hacer conforme a todo lo que fue escrito para nosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 'Id a consultar a Yahveh por mí, por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que ha sido hallado, pues grande debe de ser la cólera de Yahveh que se ha encendido contra nosotros, por no haber obedecido nuestros padres las palabras de este libro y no haber hecho en todo conforme a lo escrito en él'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 Id, y consultad a Jehová por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no escucharon las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que nos fue escrito.

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2 Reyes 22:13
37 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

porque ha llegado el gran día de su ira, ¿y quién podrá sobrevivir?».


Hubo un tiempo en que viví sin entender la ley. Sin embargo, cuando aprendí, por ejemplo, el mandamiento de no codiciar, el poder del pecado cobró vida


Pues la ley siempre trae castigo para los que tratan de obedecerla. (¡La única forma de no violar la ley es no tener ninguna ley para violar!).


Pues nadie llegará jamás a ser justo ante Dios por hacer lo que la ley manda. La ley sencillamente nos muestra lo pecadores que somos.


¿Quién podrá quedar en pie ante su ira feroz? ¿Quién podrá sobrevivir ante su furia abrasadora? Su furor arde como el fuego, y ante él las montañas se desmenuzan.


De hecho, el Señor Soberano nunca hace nada sin antes revelar sus planes a sus siervos, los profetas.


No hemos obedecido al Señor nuestro Dios, porque no hemos seguido las instrucciones que nos dio por medio de sus siervos, los profetas.


Nuestros antepasados pecaron, pero murieron, ¡y nosotros sufrimos el castigo que ellos merecían!


Haremos lo que se nos antoje. Quemaremos incienso y derramaremos ofrendas líquidas a la reina del cielo tanto como nos guste, tal como nosotros, nuestros antepasados, nuestros reyes y funcionarios han hecho siempre en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. ¡Pues en aquellos días teníamos comida en abundancia, estábamos bien económicamente y no teníamos problemas!


Más tarde, a escondidas, el rey Sedequías pidió que Jeremías fuera al palacio y allí el rey le preguntó: —¿Tienes algún mensaje de parte del Señor? —¡Sí, lo tengo! —dijo Jeremías—. Serás derrotado por el rey de Babilonia.


¡Y ustedes son peores que sus antepasados! Se pusieron tercos y siguen sus propios malos deseos y rehúsan escucharme.


Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar.


Hemos pecado como nuestros antepasados. ¡Hicimos lo malo y actuamos de manera perversa!


¡Con razón eres tan temido! ¿Quién puede quedar en pie ante ti cuando estalla tu ira?


El Señor es amigo de los que le temen; a ellos les enseña su pacto.


Permanecieron de pie en el mismo lugar durante tres horas mientras se les leía en voz alta el libro de la ley del Señor su Dios. Luego confesaron sus pecados y adoraron al Señor su Dios durante tres horas más.


«Vayan al templo y consulten al Señor por mí y por todo el remanente de Israel y de Judá. Pregunten acerca de las palabras escritas en el rollo que se encontró. Pues el gran enojo del Señor ha sido derramado sobre nosotros, porque nuestros antepasados no obedecieron la palabra del Señor. No hemos estado haciendo todo lo que este rollo dice que debemos hacer».


Nuestros antepasados fueron infieles e hicieron lo malo a los ojos del Señor nuestro Dios. Abandonaron al Señor y el lugar donde él habita; le dieron la espalda.


Pero el rey Josafat de Judá preguntó: —¿Acaso no hay ningún profeta del Señor con nosotros? Si es así, podemos preguntarle al Señor por medio de él qué debemos hacer. Uno de los oficiales del rey Joram respondió: —Eliseo, hijo de Safat, está entre nosotros. Él era el ayudante personal de Elías.


No te inclines ante ellos ni les rindas culto, porque yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, quien no tolerará que entregues tu corazón a otros dioses. Extiendo los pecados de los padres sobre sus hijos; toda la familia de los que me rechazan queda afectada, hasta los hijos de la tercera y la cuarta generación.


Por eso el enojo del Señor arde contra su pueblo y ha levantado el puño para aplastarlo. Los montes tiemblan y los cadáveres de su pueblo están tirados por las calles como basura. Pero aun así, el enojo del Señor no está satisfecho. ¡Su puño todavía está listo para asestar el golpe!


Quizá se aparten de sus malos caminos y antes de que sea demasiado tarde le pidan al Señor que los perdone. Pues el Señor los ha amenazado con su terrible enojo».


»Sin embargo, si no me escuchan ni obedecen todos estos mandatos,


“Maldito todo el que no acepte ni obedezca las condiciones de estas instrucciones”. Y todo el pueblo responderá: “¡Amén!”.


Aun así, el Señor estaba muy enojado con Judá, debido a todas las perversidades que Manasés había hecho para provocarlo.


Desde el cielo sentenciaste a tus enemigos; la tierra tembló y permaneció en silencio delante de ti.


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