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2 Reyes 18:36 - Biblia Nueva Traducción Viviente

36 El pueblo se quedó en silencio y no dijo ni una palabra, porque Ezequías le había ordenado: «No le respondan».

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Biblia Reina Valera 1960

36 Pero el pueblo calló, y no le respondió palabra; porque había mandamiento del rey, el cual había dicho: No le respondáis.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

36 El pueblo guardó silencio; nadie le respondió una palabra, porque el rey había dado esta orden: '¡No le respondan!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

36 Pero el pueblo calló y no le respondió palabra alguna, pues había una consigna del rey que decía: No le respondáis.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

36 El pueblo callaba y no le respondía una palabra, pues el rey había dado esta orden: 'No le respondáis'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

36 Y el pueblo calló, y no le respondió palabra: porque había mandamiento del rey, el cual había dicho: No le respondáis.

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2 Reyes 18:36
9 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

»No desperdicien lo que es santo en gente que no es santa. ¡No arrojen sus perlas a los cerdos! Pisotearán las perlas y luego se darán vuelta y los atacarán.


Así que los que son listos permanecerán con la boca cerrada, porque es un tiempo malo.


No respondas a los argumentos absurdos de los necios o te volverás tan necio como ellos.


El que reprende a un burlón recibirá un insulto a cambio; el que corrige al perverso saldrá herido.


Me dije: «Tendré cuidado con lo que hago y no pecaré en lo que digo. Refrenaré la lengua cuando los que viven sin Dios anden cerca».


¿Cuál de los dioses de alguna nación ha podido salvar alguna vez a su pueblo de mi poder? ¿Qué les hace pensar entonces que el Señor puede librar a Jerusalén de mis manos?”».


Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, administrador del palacio; Sebna, secretario de la corte; y Joa, hijo de Asaf, historiador del reino, regresaron a donde estaba Ezequías. Desesperados rasgaron su ropa, entraron para ver al rey y le contaron lo que había dicho el jefe del Estado Mayor asirio.


Un tiempo para rasgar y un tiempo para remendar. Un tiempo para callar y un tiempo para hablar.


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