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2 Reyes 18:27 - Biblia Nueva Traducción Viviente

27 Pero el jefe del Estado Mayor de Senaquerib respondió: —¿Ustedes creen que mi amo les envió este mensaje solo a ustedes y a su amo? Él quiere que todos los habitantes lo oigan porque, cuando sitiemos a esta ciudad, ellos sufrirán junto con ustedes. Tendrán tanta hambre y tanta sed que comerán su propio excremento y beberán su propia orina.

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Biblia Reina Valera 1960

27 Y el Rabsaces les dijo: ¿Me ha enviado mi señor para decir estas palabras a ti y a tu señor, y no a los hombres que están sobre el muro, expuestos a comer su propio estiércol y beber su propia orina con vosotros?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 El copero mayor les dijo: '¿Acaso mi señor me mandó transmitir estas palabras sólo a tu patrón y a ti? ¿No fue más bien a todos esos hombres parados en la muralla, los que pronto tendrán igual que ustedes que comer sus excrementos y tomarse la orina?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Pero el Rabsaces les respondió: ¿Acaso me ha enviado mi señor a deciros estas palabras sólo° a tu señor y a ti, y no a los hombres que están sentados en el muro, expuestos a comerse con vosotros sus propios excrementos y beber su propia orina?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 A lo que replicó el copero mayor: '¿Acaso mi señor me ha enviado a decirte estas palabras sólo a tu señor y a ti, y no a los hombres que están sobre la muralla, que tendrán que comer con vosotros sus propios excrementos y beber sus orines?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

27 Y el Rabsaces les dijo: ¿Me ha enviado mi señor para decir estas palabras sólo a ti y a tu señor, y no a los hombres que están sobre el muro, para que coman su propio estiércol y beban su propia orina con vosotros?

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2 Reyes 18:27
11 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

«Está bien —dijo el Señor—. Puedes cocinar tu pan con estiércol de vaca en vez de excremento humano».


Después el Señor dijo: «¡Así comerán los israelitas pan contaminado en las naciones gentiles adonde los expulsaré!».


Los que antes comían los manjares más ricos ahora mendigan en las calles por cualquier cosa que puedan obtener. Los que antes vestían ropa de la más alta calidad ahora hurgan en los basureros buscando qué comer.


Se burlan y hablan solo maldades; en su orgullo procuran aplastar a otros.


Como consecuencia, hubo mucha hambre en la ciudad. Estuvo sitiada por tanto tiempo que la cabeza de un burro se vendía por ochenta piezas de plata, y trescientos mililitros de estiércol de paloma se vendía por cinco piezas de plata.


Sin embargo, el rey de Asiria mandó desde Laquis a su comandante en jefe, a su comandante de campo y a su jefe del Estado Mayor con un enorme ejército para enfrentar al rey Ezequías en Jerusalén. Los asirios tomaron posición de batalla junto al acueducto que vierte el agua en el estanque superior, cerca del camino que lleva al campo donde se lavan telas.


Entonces tanto Eliaquim, hijo de Hilcías, como Sebna y Joa le dijeron al jefe del Estado Mayor asirio: —Por favor, háblanos en arameo porque lo entendemos bien. No hables en hebreo, porque oirá la gente que está sobre la muralla.


Después el jefe del Estado Mayor se puso de pie y le gritó en hebreo a la gente que estaba sobre la muralla: «¡Escuchen este mensaje del gran rey de Asiria!


Pero el jefe del Estado Mayor de Senaquerib respondió: —¿Ustedes creen que mi amo les envió este mensaje solo a ustedes y a su amo? Él quiere que todos los habitantes lo oigan porque, cuando sitiemos a esta ciudad, ellos sufrirán junto con ustedes. Tendrán tanta hambre y tanta sed que comerán su propio excremento y beberán su propia orina.


La lengua reseca de sus pequeños se pega al paladar a causa de la sed. Los niños lloran por pan, pero nadie tiene para darles.


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