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2 Reyes 18:14 - Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Entonces el rey Ezequías envió el siguiente mensaje al rey de Asiria que estaba en Laquis: «Yo he actuado mal. Si tú te retiras, te pagaré cualquier tributo que exijas». Así que el rey de Asiria exigió un pago de más de diez toneladas de plata y una tonelada de oro.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Entonces Ezequías rey de Judá envió a decir al rey de Asiria que estaba en Laquis: Yo he pecado; apártate de mí, y haré todo lo que me impongas. Y el rey de Asiria impuso a Ezequías rey de Judá trescientos talentos de plata, y treinta talentos de oro.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Entonces Ezequías rey de Judá mandó este mensaje al rey de Asur, que estaba en Laquis: '¡Me he portado mal! Aléjate de mí y haré lo que me pidas'. El rey de Asur exigió a Ezequías rey de Judá trecientos talentos de plata y treinta talentos de oro.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Entonces Ezequías rey de Judá envió a decir al rey de Asiria en Laquis: Me he equivocado;° retírate de mí, y aceptaré lo que me impongas. Y el rey de Asiria impuso a Ezequías rey de Judá trescientos talentos de plata y treinta talentos de oro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Entonces Ezequías, rey de Judá, envió esta embajada a Laquis para decir al rey de Asiria: 'He pecado; aléjate de mí y pagaré lo que me impongas'. El rey de Asiria impuso a Ezequías, rey de Judá, trescientos talentos de plata y treinta talentos de oro.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 Entonces Ezequías, rey de Judá, envió a decir al rey de Asiria en Laquis: Yo he pecado: apártate de mí, y llevaré todo lo que me impusieres. Y el rey de Asiria impuso a Ezequías, rey de Judá trescientos talentos de plata y treinta talentos de oro.

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2 Reyes 18:14
9 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por eso el Señor estaba con él, y Ezequías tuvo éxito en todo lo que hizo. Se rebeló contra el rey de Asiria y se negó a pagarle tributo.


Y, si no puede, enviará una delegación para negociar las condiciones de paz mientras el enemigo todavía esté lejos.


Temer a la gente es una trampa peligrosa, pero confiar en el Señor significa seguridad.


«Está bien, mi señor el rey —respondió el rey de Israel—. ¡Todo lo que tengo es tuyo!».


Así que los administradores del palacio y de la ciudad, junto con los ancianos y con los tutores de los hijos del rey, enviaron el siguiente mensaje a Jehú: «Somos sus sirvientes y haremos todo lo que nos diga. No proclamaremos rey a nadie; haga lo que mejor le parezca».


Hubo una conspiración en Jerusalén contra la vida de Amasías, y el rey huyó a Laquis; pero sus enemigos mandaron a unos asesinos tras él, y lo mataron allí.


Mientras tanto, el jefe del Estado Mayor asirio partió de Jerusalén para consultar al rey de Asiria, quien había salido de Laquis y estaba atacando a Libna.


En ese tiempo, el ejército babilónico sitiaba Jerusalén, Laquis y Azeca, las únicas ciudades fortificadas de Judá que todavía no habían sido conquistadas.


Para conseguir el dinero, Manahem extorsionó a los ricos de Israel obligando a que cada uno le pagara cincuenta piezas de plata al rey de Asiria. Por eso el rey de Asiria dejó de invadir Israel y se retiró del país.


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