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2 Reyes 17:25 - Biblia Nueva Traducción Viviente

25 pero ya que estos colonos extranjeros no adoraban al Señor cuando recién llegaron, el Señor envió leones, que mataron a algunos de ellos.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Y aconteció al principio, cuando comenzaron a habitar allí, que no temiendo ellos a Jehová, envió Jehová contra ellos leones que los mataban.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Cuando estaban recién instalados en ese lugar, esa gente no honraba a Yavé, por eso Yavé les mandó unos leones que hicieron con ellos una carnicería.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Pero como no temían a YHVH, sucedió que cuando empezaron a habitar allí, YHVH envió leones contra ellos, y mataron a muchos de ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Al principio de su estancia allí no temían a Yahveh, por lo que Yahveh envió contra ellos leones que los devoraban.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

25 Y aconteció al principio, cuando comenzaron a habitar allí, que no temiendo ellos a Jehová, Jehová envió contra ellos leones que mataron a muchos de ellos.

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2 Reyes 17:25
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Así que, si bien los nuevos residentes adoraban al Señor, también rendían culto a sus ídolos; y hasta el día de hoy, sus descendientes hacen lo mismo.


Todo esto sigue igual hasta el día de hoy. Ellos continúan con sus prácticas antiguas en vez de adorar verdaderamente al Señor y obedecer los decretos, las ordenanzas, las instrucciones y los mandatos que él les dio a los descendientes de Jacob, a quien le cambió el nombre por el de Israel.


Los nuevos residentes adoraban al Señor, pero también elegían de entre ellos a cualquiera y lo nombraban sacerdote para que ofreciera sacrificios en los lugares de culto.


—Soy hebreo —contestó Jonás— y temo al Señor, Dios del cielo, quien hizo el mar y la tierra.


»Ordeno que en mi reino toda persona tiemble con temor delante del Dios de Daniel. Pues él es el Dios viviente, y permanecerá para siempre. Su reino jamás será destruido, y su dominio nunca tendrá fin.


»Ahora esto dice el Señor Soberano: ¡qué terrible será cuando estos cuatro castigos espantosos caigan sobre Jerusalén —guerra, hambre, animales salvajes y enfermedades— y destruyan a todos sus habitantes y a los animales!


»O supongamos que yo les enviara animales salvajes que invadieran el país, mataran a los habitantes y dejaran la tierra desolada y demasiado peligrosa para ser transitada.


»Enviaré contra ellos cuatro clases de destructores —dice el Señor—. Enviaré la espada para matar, los perros para arrastrar, los buitres para devorar y los animales salvajes para acabar con lo que haya quedado.


¿Quién no te temería, oh Rey de las naciones? ¡Ese título te pertenece solo a ti! Entre todos los sabios de la tierra y en todos los reinos del mundo, no hay nadie como tú.


Entonces ahora un león de la selva los atacará; un lobo del desierto se les echará encima. Un leopardo acechará cerca de sus ciudades, y hará trizas a quien se atreva a salir. Pues grande es la rebelión de ellos, y muchos son sus pecados.


Entonces uno de los sacerdotes que había sido desterrado de Samaria regresó a Betel y les enseñó a los nuevos residentes cómo adorar al Señor.


Eliseo se dio la vuelta, los miró y los maldijo en el nombre del Señor. Entonces dos osos salieron del bosque y atacaron a cuarenta y dos de ellos.


Entonces el profeta le dijo: «Como no obedeciste la voz del Señor, un león te matará apenas te separes de mí». Cuando el hombre se fue, sucedió que un león lo atacó y lo mató.


y el hombre de Dios siguió su camino. Mientras viajaba, le salió al paso un león y lo mató. Su cuerpo quedó tirado en el camino, y tanto el burro como el león estaban junto al cadáver.


El Señor ha puesto el río Jordán como una barrera entre nuestra gente y ustedes, gente de Rubén y de Gad. Ustedes no tienen derecho de afirmar que pertenecen al Señor”. Así, los descendientes de ustedes podrían impedirles a los nuestros que adoraran al Señor.


Enviaré animales salvajes que los privarán de sus hijos y destruirán su ganado. Ustedes disminuirán en número y sus caminos quedarán desiertos.


Por esa razón mandaron un mensaje al rey de Asiria en el cual le decían: «La gente que has mandado a habitar las ciudades de Samaria no conoce las costumbres religiosas del Dios de ese lugar. Él ha enviado leones a destruirlos, porque no lo adoraron como se debe».


El arroyo cercano a Dibón corre rojo por la sangre, ¡pero todavía no he terminado con Dibón! Los leones cazarán a los sobrevivientes, tanto a los que traten de escapar como a los que se queden atrás.


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