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2 Crónicas 9:24 - Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Año tras año, cada visitante le llevaba regalos de plata y oro, ropa, armas, especias, caballos y mulas.

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Biblia Reina Valera 1960

24 Cada uno de estos traía su presente, alhajas de plata, alhajas de oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulos, todos los años.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Y cada uno de ellos traía su presente, objetos de plata y objetos de oro, vestidos, armas, aromas, caballos y mulos, año tras año.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Y año tras año cada uno traía su presente: objetos de plata y objetos de oro, vestiduras, armas, especias aromáticas, caballos y mulos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Todos le llevaban presentes: objetos de plata y de oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulos. Y así año tras año.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

24 Y de estos, cada uno traía su presente, vasos de plata, vasos de oro, vestiduras, armas, aromas, caballos y mulos, todos los años.

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2 Crónicas 9:24
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Los reyes occidentales, de Tarsis y de otras tierras distantes, le llevarán tributo. Los reyes orientales, de Saba y de Seba, le llevarán regalos.


Entonces todos sus hermanos, hermanas y anteriores amigos vinieron y festejaron con él en su casa. Lo consolaron y lo alentaron por todas las pruebas que el Señor había enviado en su contra; y cada uno de ellos le regaló dinero y un anillo de oro.


Luego le regaló al rey cuatro mil kilos de oro, grandes cantidades de especias y de piedras preciosas. Nunca antes hubo especias tan finas como las que la reina de Saba le regaló al rey Salomón.


Año tras año, cada visitante le llevaba regalos de plata y oro, ropa, armas, especias, caballos y mulas.


Luego le regaló al rey cuatro mil kilos de oro, grandes cantidades de especias y de piedras preciosas. Nunca más entraron en el reino tantas especias como las que la reina de Saba le regaló al rey Salomón.


Sin embargo, Hiram le pagó a Salomón cuatro mil kilos de oro.


Sin embargo, había unos sinvergüenzas que se quejaban: «¿Cómo puede este hombre salvarnos?». Y lo despreciaban y se negaban a llevarle regalos; pero Saúl no les hizo caso. [Nahas, rey de los amonitas, había estado oprimiendo gravemente a los habitantes de Gad y de Rubén que vivían al oriente del río Jordán. Les sacó el ojo derecho a todos los israelitas que vivían allí, y no permitía que nadie viniera a rescatarlos. De hecho, de todos los israelitas que vivían al oriente del río Jordán, no había uno solo a quien Nahas no le hubiera sacado el ojo derecho. Pero había siete mil hombres que habían escapado de los amonitas y se habían establecido en Jabes de Galaad].


Reyes de todas las naciones lo visitaban para consultarlo y escuchar la sabiduría que Dios le había dado.


Sin embargo, cuando el pueblo de Israel clamó al Señor por ayuda, el Señor nuevamente levantó a un libertador para salvarlos. Se llamaba Aod, hijo de Gera, quien era un hombre zurdo, de la tribu de Benjamín. Los israelitas enviaron a Aod a entregar el dinero del tributo al rey Eglón, de Moab.


Algunos de los filisteos le llevaron regalos y plata como tributo, y los árabes le llevaron siete mil setecientos carneros y siete mil setecientos chivos.


Reprende a estas naciones enemigas, a estos animales salvajes que acechan entre los juncos, a esta manada de toros en medio de los becerros más débiles. Hazlos traer barras de plata como humilde tributo. Dispersa a las naciones que se deleitan en la guerra.


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