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2 Crónicas 6:40 - Biblia Nueva Traducción Viviente

40 »Oh Dios mío, que tus ojos estén abiertos y tus oídos atentos a todas las oraciones que se eleven a ti en este lugar.

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Biblia Reina Valera 1960

40 Ahora, pues, oh Dios mío, te ruego que estén abiertos tus ojos y atentos tus oídos a la oración en este lugar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

40 Que tus ojos, Dios mío, estén abiertos, y tus oídos atentos a la oración que se haga en este lugar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

40 Ahora pues, oh Dios mío, te ruego que tus ojos estén abiertos y tus oídos atentos a la oración que se eleva en este lugar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

40 Ahora pues, Dios mío, que tus ojos estén abiertos y tus oídos atentos a la oración que se haga en este lugar.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

40 Ahora, mi Dios, te ruego que estén abiertos tus ojos, y atentos tus oídos a la oración en este lugar.

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2 Crónicas 6:40
20 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Debido a que él se inclina para escuchar, ¡oraré mientras tenga aliento!


Mis ojos estarán abiertos y mis oídos atentos a cada oración que se eleve en este lugar.


Oh Señor, oye mi ruego pidiendo justicia; escucha mi grito de auxilio. Presta oído a mi oración, porque proviene de labios sinceros.


¡escucha mi oración! Mírame y verás que oro día y noche por tu pueblo Israel. Confieso que hemos pecado contra ti. ¡Es cierto, incluso mi propia familia y yo hemos pecado!


¡Oh Señor, te suplico que oigas mi oración! Escucha las oraciones de aquellos quienes nos deleitamos en darte honra. Te suplico que hoy me concedas éxito y hagas que el rey me dé su favor. Pon en su corazón el deseo de ser bondadoso conmigo». En esos días yo era el copero del rey.


¡Inclínate, oh Señor, y escucha! ¡Abre tus ojos, oh Señor, y mira! Escucha las palabras desafiantes de Senaquerib contra el Dios viviente.


Oh Señor, Dios de mi salvación, a ti clamo de día. A ti vengo de noche.


Los ojos del Señor están sobre los que hacen lo bueno; sus oídos están abiertos a sus gritos de auxilio.


Inclina tu oído para escucharme; rescátame pronto. Sé mi roca de protección, una fortaleza donde estaré a salvo.


Vuélvete hacia mí y contéstame, ¡oh Señor mi Dios! Devuélvele el brillo a mis ojos, o moriré.


Oh Señor mi Dios, si he hecho mal o soy culpable de injusticia,


Los ojos del Señor recorren toda la tierra para fortalecer a los que tienen el corazón totalmente comprometido con él. ¡Qué necio has sido! ¡De ahora en adelante estarás en guerra!».


»Que tus ojos estén abiertos a mis peticiones y a las peticiones de tu pueblo Israel. Que los oigas y les respondas cada vez que clamen a ti.


El Señor le dijo: «He oído tu oración y lo que me pediste. He apartado este templo para que sea santo, este lugar que has construido, donde mi nombre será honrado para siempre. Lo vigilaré sin cesar, porque es muy preciado a mi corazón.


¡Inclínate, oh Señor, y escucha! ¡Abre tus ojos, oh Señor, y mira! Escucha las palabras desafiantes de Senaquerib contra el Dios viviente.


oye entonces sus oraciones y sus peticiones desde el cielo donde vives, y defiende su causa. Perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti.


Escucha mi clamor, oh Señor. Presta atención a mi oración.


Que día y noche tus ojos estén sobre este templo, este lugar del cual tú has dicho que allí pondrías tu nombre. Que siempre oigas las oraciones que elevo hacia este lugar.


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