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2 Crónicas 6:17 - Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Ahora, oh Señor, Dios de Israel, cumple esta promesa que le hiciste a tu siervo David.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Ahora, pues, oh Jehová Dios de Israel, cúmplase tu palabra que dijiste a tu siervo David.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Ahora, Yavé, Dios de Israel, que se cumpla la palabra que dijiste a tu siervo David.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Ahora pues, oh YHVH, Dios de Israel, ruégote sea confirmada tu palabra que hablaste a tu siervo David.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Ahora, pues, oh Yahveh, Dios de Israel, confírmense las promesas que hiciste a tu siervo David.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Ahora pues, oh Jehová, Dios de Israel, sea confirmada tu palabra que dijiste a tu siervo David.

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2 Crónicas 6:17
10 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Esto les dije para poder cumplir mi promesa a sus antepasados de darles a ustedes una tierra donde fluyen la leche y la miel, la tierra que hoy habitan’”. Entonces respondí: —¡Amén, Señor! Que así sea.


Te daré tesoros escondidos en la oscuridad, riquezas secretas. Lo haré para que sepas que yo soy el Señor, Dios de Israel, el que te llama por tu nombre.


»Cuando los pobres y los necesitados busquen agua y no la encuentren, y tengan la lengua reseca por la sed, entonces yo, el Señor, les responderé; yo, el Dios de Israel, nunca los abandonaré.


Oró así: «Oh Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú en los cielos ni en la tierra. Tú cumples tu pacto y muestras amor inagotable a quienes andan delante de ti de todo corazón.


«Alabado sea el Señor, Dios de Israel, quien cumplió la promesa que le hizo a mi padre David; pues le dijo a mi padre:


Allí vieron al Dios de Israel. Debajo de sus pies parecía haber una superficie de lapislázuli de color azul brillante, tan clara como el mismo cielo.


Manoa regresó corriendo con su esposa y preguntó: —¿Eres el hombre que le habló a mi esposa el otro día? —Sí —contestó él—, soy yo.


»Ahora, oh Señor, Dios de Israel, lleva a cabo la otra promesa que le hiciste a tu siervo David, mi padre, cuando le dijiste: “Si tus descendientes cuidan su comportamiento y siguen mi ley con fidelidad, así como tú lo has hecho, siempre habrá uno de ellos sentado en el trono de Israel”.


»¿Pero es realmente posible que Dios habite en la tierra, entre seres humanos? Ni siquiera los cielos más altos pueden contenerte, ¡mucho menos este templo que he construido!


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