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2 Crónicas 35:23 - Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Entonces los arqueros enemigos hirieron al rey Josías con sus flechas y el rey gritó a sus hombres: «¡Sáquenme de la batalla, porque estoy gravemente herido!».

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Biblia Reina Valera 1960

23 Y los flecheros tiraron contra el rey Josías. Entonces dijo el rey a sus siervos: Quitadme de aquí, porque estoy gravemente herido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Los arqueros tiraron contra el rey Josías, y dijo el rey a sus servidores: 'Llévenme fuera, pues estoy gravemente herido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Y los arqueros atacaron al rey Josías, y el rey dijo a sus siervos: ¡Sacadme de aquí° porque estoy malherido!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Los arqueros dispararon contra el rey Josías, y el rey dijo a sus servidores: 'Sacadme fuera, porque estoy gravemente herido'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

23 Y los arqueros tiraron contra el rey Josías; y el rey dijo a sus siervos: Quitadme de aquí, porque estoy gravemente herido.

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2 Crónicas 35:23
8 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Sin embargo, un soldado arameo disparó una flecha al azar hacia las tropas israelitas e hirió al rey de Israel entre las uniones de su armadura. «¡Da la vuelta y sácame de aquí! —dijo Acab entre quejas y gemidos al conductor de su carro—. ¡Estoy gravemente herido!».


Disparó sus flechas a lo profundo de mi corazón.


Sin embargo, un soldado arameo disparó una flecha al azar hacia las tropas israelitas e hirió al rey de Israel entre las uniones de su armadura. «¡Da la vuelta y sácame de aquí! —dijo Acab entre quejas y gemidos al conductor del carro—. ¡Estoy gravemente herido!».


Jehú tensó su arco y le disparó a Joram entre los hombros. La flecha le atravesó el corazón, y Joram cayó muerto dentro de su carro.


él regresó a Jezreel para recuperarse de las heridas que había recibido en Ramot. Como Joram estaba herido, el rey Ocozías de Judá fue a visitarlo a Jezreel.


Los arqueros lo atacaron ferozmente; le dispararon y lo hostigaron.


Sin embargo, Josías se negó a escuchar a Necao, a quien Dios realmente le había hablado, y no quiso regresar. En cambio, se disfrazó y dirigió al ejército en la batalla, en la llanura de Meguido.


Así que sacaron a Josías de su carro de guerra y lo pusieron en otro. Luego lo regresaron a Jerusalén, donde murió. Lo enterraron allí, en el cementerio de los reyes, y todo Judá y Jerusalén hicieron duelo por él.


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