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2 Crónicas 33:12 - Biblia Nueva Traducción Viviente

12 pero cuando estaba sumido en profunda angustia, Manasés buscó al Señor su Dios y se humilló con sinceridad ante el Dios de sus antepasados.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Cuando se vio en angustia, quiso aplacar a Yavé, su Dios, humillándose profundamente en presencia del Dios de sus padres.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y, estando en tal angustia, quiso aplacar el rostro de YHVH su Dios, y se humilló grandemente delante del Dios de sus padres.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Al verse en tales angustias, trató de aplacar a Yahveh, su Dios, y se humilló profundamente en presencia del Dios de sus padres.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres.

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2 Crónicas 33:12
29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Luego llámame cuando tengas problemas, y yo te rescataré, y tú me darás la gloria».


Entonces Ezequías se humilló y se arrepintió de su soberbia, junto con el pueblo de Jerusalén. De modo que el enojo del Señor no cayó sobre ellos durante la vida de Ezequías.


Así que Moisés y Aarón fueron ante el faraón y le dijeron: «Esto dice el Señor, Dios de los hebreos: “¿Hasta cuándo te negarás a someterte a mí? Deja ir a mi pueblo para que me adore.


Humíllense delante del Señor, y él los levantará con honor.


El Señor le dijo: —Ve a la calle llamada Derecha, a la casa de Judas. Cuando llegues, pregunta por un hombre de Tarso que se llama Saulo. En este momento, él está orando.


¡Si son sabios, teman al Señor! Su voz llama a todos en Jerusalén: «Los ejércitos de destrucción se acercan; el Señor los envía.


Entonces regresaré a mi lugar, hasta que reconozcan su culpa y se vuelvan a mí. Pues tan pronto lleguen las dificultades, me buscarán de todo corazón».


pero a diferencia de su padre, no se humilló ante el Señor, sino que Amón pecó aún más.


Aun durante este tiempo de dificultades, el rey Acaz siguió rechazando al Señor.


Por todo eso, el Señor su Dios permitió al rey de Aram que derrotara a Acaz y que desterrara a Damasco a un gran número de habitantes de su pueblo. Los ejércitos del rey de Israel también derrotaron a Acaz y causaron muchas bajas en su ejército.


En mi angustia oré al Señor, y el Señor me respondió y me liberó.


Llevé mis problemas al Señor; clamé a él, y respondió a mi oración.


Desde lo profundo de mi desesperación, oh Señor, clamo por tu ayuda.


Escucha mi clamor, oh Señor. Presta atención a mi oración.


Diles al rey y a su madre: «Desciendan de sus tronos y siéntense en el polvo, porque sus coronas gloriosas pronto serán arrebatadas de su cabeza».


Quizá se aparten de sus malos caminos y antes de que sea demasiado tarde le pidan al Señor que los perdone. Pues el Señor los ha amenazado con su terrible enojo».


»Cuando recobré la razón, también recuperé mi honra, mi gloria y mi reino. Mis asesores y nobles me buscaron y fui restituido como cabeza de mi reino, con mayor honra que antes.


Cuando el Señor vio el cambio de actitud en ellos, le dio este mensaje a Semaías: «Puesto que el pueblo se ha humillado, no lo destruiré completamente y pronto le daré cierto alivio. No usaré a Sisac para derramar mi enojo sobre Jerusalén;


y salió al encuentro del rey Asa cuando este volvía de la batalla. «¡Escúcheme, Asa! —le gritó—. ¡Escuchen, todos ustedes de Judá y de Benjamín! ¡El Señor permanecerá con ustedes mientras ustedes permanezcan con él! Cada vez que lo busquen, lo encontrarán; pero si lo abandonan, él los abandonará a ustedes.


pero cada vez que estaban en dificultades y se volvían al Señor, Dios de Israel, y lo buscaban, lo encontraban.


‘Estabas apenado y te humillaste ante Dios al oír las palabras que él pronunció contra la ciudad y sus habitantes. Te humillaste, rasgaste tu ropa en señal de desesperación y lloraste delante de mí, arrepentido. Ciertamente te escuché, dice el Señor.


y dijo: «En mi gran aflicción clamé al Señor y él me respondió. Desde la tierra de los muertos te llamé, ¡y tú, Señor, me escuchaste!


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