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2 Crónicas 22:7 - Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Ahora bien, Dios había decidido que esta visita sería la ruina de Ocozías. Mientras estaba allí, Ocozías salió con Joram para encontrarse con Jehú, nieto de Nimsi, a quien el Señor había designado para destruir la dinastía de Acab.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Pero esto venía de Dios, para que Ocozías fuese destruido viniendo a Joram; porque habiendo venido, salió con Joram contra Jehú hijo de Nimsi, al cual Jehová había ungido para que exterminara la familia de Acab.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 esta visita a Joram vino de Dios para ruina de Ocozías, pues llegado allí, salió con Joram contra Jehú, hijo de Nimsí, a quien Yavé había ungido para exterminar la familia de Ajab.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Pero la derrota de Ocozías era designio de Dios, por haber ido a ver a Joram.° Al llegar allí, salió con Joram contra Jehú hijo de Nimsi, a quien YHVH había ungido para exterminar la casa de Acab.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Pero estaba de Dios la ruina de Ocozías, cuando éste fue a visitar a Jorán. Porque, así que llegó, salió con Jorán al encuentro de Jehú, hijo de Nimsí, a quien Yahveh había ungido para exterminar la casa de Ajab.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 Pero esto venía de Dios, para que Ocozías fuese hollado viniendo a Joram; porque cuando vino, salió con Joram contra Jehú, hijo de Nimsi, al cual Jehová había ungido para que cortase la casa de Acab.

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2 Crónicas 22:7
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por lo tanto, el rey no prestó atención al pueblo. Este giro en la historia ocurrió por voluntad de Dios, porque cumplía el mensaje que el Señor le había dado a Jeroboam, hijo de Nabat, por medio del profeta Ahías de Silo.


«¡Rápido! ¡Preparen mi carro!», ordenó el rey Joram. Entonces el rey Joram de Israel y el rey Ocozías de Judá salieron en sus carros de guerra a encontrarse con Jehú. Dieron con él en la parcela que había pertenecido a Nabot de Jezreel.


El día en que yo actúe, ustedes pisotearán a los perversos como si fueran polvo debajo de sus pies», dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.


Que los sabios entiendan estas cosas. Que los que tienen discernimiento escuchen con atención. Los caminos del Señor son rectos y verdaderos, y los justos viven al andar en ellos; pero en esos mismos caminos, los pecadores tropiezan y caen.


Solo yo puedo predecir el futuro antes que suceda. Todos mis planes se cumplirán porque yo hago todo lo que deseo.


Al Señor lo conocen por su justicia; los malvados son presos de sus propias acciones. Interludio de silencio


Entonces el Señor dijo: “¿Quién puede seducir a Acab para que vaya a pelear contra Ramot de Galaad y lo maten?”. »Hubo muchas sugerencias,


Después unge a Jehú, nieto de Nimsi, para que sea rey de Israel; y unge a Eliseo, hijo de Safat, de la tierra de Abel-mehola, para que tome tu lugar como mi profeta.


Por lo tanto, el rey no prestó atención al pueblo. Este giro en la historia ocurrió por voluntad del Señor, porque cumplía el mensaje que el Señor le había dado a Jeroboam, hijo de Nabat, por medio del profeta Ahías de Silo.


Su padre y su madre no se daban cuenta de que el Señor estaba obrando en todo esto, con el fin de crear una oportunidad para actuar contra los filisteos, que en ese tiempo gobernaban a Israel.


Yo tomaré venganza; yo les pagaré lo que se merecen. A su debido tiempo, sus pies resbalarán. Les llegará el día de la calamidad, y su destino los alcanzará”.


Al ver lo que pasaba, el rey Ocozías de Judá huyó por el camino que lleva a Bet-hagan. Entonces Jehú lo siguió gritando: «¡Dispárenle a él también!». Así que hirieron a Ocozías en su carro de guerra en la cuesta de Gur, cerca de Ibleam. Pudo llegar hasta Meguido, pero allí murió.


él regresó a Jezreel para recuperarse de las heridas que había recibido en Ramot. Como Joram estaba herido, el rey Ocozías de Judá fue a visitarlo a Jezreel.


porque el Señor les endureció el corazón y los hizo pelear contra los israelitas. Así que fueron totalmente destruidos sin compasión, tal como el Señor le había ordenado a Moisés.


“Esto dice el Señor: ‘No peleen contra sus parientes, los israelitas. ¡Regrese cada uno a su casa, porque lo que ha sucedido es obra mía!’”». Entonces ellos obedecieron el mensaje del Señor y cada uno volvió a su casa, tal como el Señor había ordenado.


Después Jehú mató a los demás parientes de Acab que vivían en Jezreel, a todos sus funcionarios importantes, a sus amigos personales y a sus sacerdotes. Así que a Acab no le quedó ningún descendiente.


Podemos hacer nuestros planes, pero el Señor determina nuestros pasos.


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