Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





2 Crónicas 14:10 - Biblia Nueva Traducción Viviente

10 por eso Asa desplegó sus ejércitos para la batalla en el valle al norte de Maresa.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

10 Entonces salió Asa contra él, y ordenaron la batalla en el valle de Sefata junto a Maresa.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Asá invocó a Yavé su Dios, y dijo: 'Oh Yavé, puedes ayudar al desvalido como al poderoso. ¡Ayúdanos, pues, Yavé Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, en tu nombre marchamos contra esta inmensa muchedumbre! Yavé, tú eres nuestro Dios: ¡No prevalezca contra ti hombre alguno!'

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

10 Entonces Asa salió contra él, y dispusieron la batalla en el valle de Sefata, junto a Maresa.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Invocó entonces Asá a Yahveh, su Dios, diciendo: '¡Oh Yahveh! Nadie como tú puede prestar ayuda en la lucha entre un poderoso y un desvalido. Socórrenos, Yahveh, Dios nuestro, pues en ti nos apoyamos y en tu nombre vamos contra esa muchedumbre Yahveh, tú eres nuestro Dios; no prevalezca hombre alguno contra ti'.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Entonces salió Asa contra él, y ordenaron la batalla en el valle de Sefata junto a Maresa.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




2 Crónicas 14:10
14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Luego Judá se unió con Simeón para luchar contra los cananeos que vivían en Sefat, y destruyeron la ciudad por completo. Por eso la ciudad fue llamada Horma.


Cierta vez un etíope llamado Zera atacó a Judá con un ejército de un millón de soldados y trescientos carros de guerra. Avanzaron hacia la ciudad de Maresa,


Entonces Asa clamó al Señor su Dios: «¡Oh Señor, nadie sino tú puede ayudar al débil contra el poderoso! Ayúdanos, oh Señor nuestro Dios, porque solo en ti confiamos. Es en tu nombre que hemos salido contra esta inmensa multitud. ¡Oh Señor, tú eres nuestro Dios; no dejes que simples hombres prevalezcan contra ti!».


»Cuando salgas a luchar contra tus enemigos y te enfrentes con caballos y carros de guerra y con un ejército más numeroso que el tuyo, no tengas miedo. ¡El Señor tu Dios, quien te sacó de la tierra de Egipto, está contigo!


—Crucemos hasta la avanzada de esos paganos —le dijo Jonatán a su escudero—. Tal vez el Señor nos ayude, porque nada puede detener al Señor. ¡Él puede ganar la batalla ya sea que tenga muchos guerreros o solo unos cuantos!


David le respondió al filisteo: —Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado.


Así que Judá venció a Israel en esa ocasión porque confió en el Señor, Dios de sus antepasados.


Dios lo ayudó en las guerras contra los filisteos, en sus batallas contra los árabes de Gur y en sus guerras contra los meunitas.


El rey podrá tener un gran ejército, pero no son más que hombres. ¡Con nosotros está el Señor nuestro Dios para ayudarnos y para pelear nuestras batallas por nosotros!». Las palabras de Ezequías alentaron en gran manera a la gente.


Entonces el rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amoz, clamaron en oración al Dios del cielo.


Haz que tiemblen de miedo, oh Señor; que las naciones sepan que no son más que seres humanos. Interludio


Esas naciones se derrumbarán y caerán, pero nosotros nos levantaremos y estaremos firmes.


Mi futuro está en tus manos; rescátame de los que me persiguen sin tregua.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម