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2 Corintios 7:2 - Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Por favor, ábrannos su corazón. No le hemos hecho mal a nadie ni hemos llevado a nadie por mal camino ni nos hemos aprovechado de nadie.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Admitidnos: a nadie hemos agraviado, a nadie hemos corrompido, a nadie hemos engañado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Hágannos un lugar entre ustedes: a nadie hemos perjudicado, a nadie hemos rebajado, a nadie hemos estafado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Haced lugar para nosotros en vuestros corazones; a nadie agraviamos, a nadie corrompimos, a nadie engañamos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Concededme más espacio en vuestro corazón. A nadie hemos perjudicado, a nadie hemos arruinado, a nadie hemos explotado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Admitidnos; a nadie hemos dañado, a nadie hemos corrompido, a nadie hemos defraudado.

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2 Corintios 7:2
23 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Cuando estuve con ustedes y no tenía lo suficiente para vivir, no llegué a ser una carga financiera para nadie. Pues los hermanos que llegaron de Macedonia me trajeron todo lo que necesitaba. Nunca he sido una carga para ustedes y jamás lo seré.


»Yo nunca he codiciado la plata ni el oro ni la ropa de nadie.


Si a sus reuniones llegara alguien que no enseña la verdad acerca de Cristo, no lo inviten a su casa ni le den ninguna clase de apoyo.


Tales personas no sirven a Cristo nuestro Señor; sirven a sus propios intereses. Con palabras suaves y halagos, engañan a la gente inocente;


»El que los recibe a ustedes me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe al Padre, quien me envió.


Si cualquier casa o ciudad se niega a darles la bienvenida o a escuchar su mensaje, sacúdanse el polvo de los pies al salir.


Entonces Moisés se enojó mucho y le dijo al Señor: «¡No aceptes sus ofrendas de grano! Yo no les he quitado ni siquiera un burro, ni jamás he lastimado a ninguno de ellos».


Así que, si me consideras tu compañero, recíbelo a él como me recibirías a mí.


Te lo envío de vuelta, y con él va mi propio corazón.


Ustedes mismos son nuestros testigos —al igual que Dios— de que fuimos consagrados, sinceros e intachables con todos ustedes, los creyentes.


Aristarco, quien está en la cárcel conmigo, les manda saludos; y también los saluda Marcos, el primo de Bernabé. Tal como ya se les indicó, si Marcos pasa por allí, hagan que se sienta bienvenido.


Recíbanlo en el amor del Señor y mucha alegría, y denle el honor que una persona como él merece.


Otra vez lo digo, no piensen que soy un necio por hablar así; pero aun si lo piensan, escúchenme, tal como lo harían con una persona necia, mientras que yo también me jacto un poco.


Rechazamos todas las acciones vergonzosas y los métodos turbios. No tratamos de engañar a nadie ni de distorsionar la palabra de Dios. Decimos la verdad delante de Dios, y todos los que son sinceros lo saben bien.


Podemos decir con confianza y con una conciencia limpia que, en todos nuestros asuntos, hemos vivido en santidad y con una sinceridad dadas por Dios. Hemos dependido de la gracia de Dios y no de nuestra propia sabiduría humana. Esa es la forma en que nos hemos comportado ante el mundo y en especial con ustedes.


»Si entran en un pueblo donde los reciben bien, coman todo lo que les ofrezcan.


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