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1 Samuel 9:16 - Biblia Nueva Traducción Viviente

16 «Mañana a esta hora te enviaré a un hombre de la tierra de Benjamín. Úngelo para que sea el líder de mi pueblo, Israel. Él lo librará de los filisteos, porque desde lo alto he mirado a mi pueblo con misericordia y he oído su clamor».

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Biblia Reina Valera 1960

16 Mañana a esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y salvará a mi pueblo de mano de los filisteos; porque yo he mirado a mi pueblo, por cuanto su clamor ha llegado hasta mí.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Mañana a esta hora te enviaré a un hombre del territorio de Benjamín, al que consagrarás como jefe de mi pueblo Israel. Ese hombre va a salvar a mi pueblo de las manos de los filisteos, porque he visto la aflicción de mi pueblo y su clamor ha subido hasta mí'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Mañana a esta hora te enviaré un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel. Él librará a mi pueblo de mano de los filisteos, porque Yo he visto a mi pueblo, y su clamor ha llegado hasta mí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 'Mañana a esta hora te enviaré un hombre de la tierra de Benjamín: tú lo ungirás por jefe de mi pueblo Israel; él será quien salve a mi pueblo de las manos de los filisteos, porque he visto la aflicción de mi pueblo, y su clamor ha llegado hasta mí'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 Mañana a esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás para que sea capitán sobre mi pueblo Israel, y él salvará a mi pueblo de mano de los filisteos; pues yo he mirado a mi pueblo, porque su clamor ha llegado hasta mí.

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1 Samuel 9:16
17 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Entonces Samuel tomó un frasco de aceite de oliva y lo derramó sobre la cabeza de Saúl. Besó a Saúl y dijo: «Hago esto porque el Señor te ha designado para que gobiernes a Israel, su posesión más preciada.


Aun así, él sintió compasión por la angustia de ellos y escuchó sus clamores.


Siente mi dolor, considera mis dificultades y perdona todos mis pecados.


Cierto día, Samuel le dijo a Saúl: «Fue el Señor quien me dijo que te ungiera como rey de su pueblo, Israel. ¡Ahora escucha este mensaje del Señor!


Invita a Isaí al sacrificio, y te mostraré a cuál de sus hijos ungirás para mí.


Ahora bien, el Señor le dijo a Samuel: —Ya has hecho suficiente duelo por Saúl. Lo he rechazado como rey de Israel, así que llena tu frasco con aceite de oliva y ve a Belén. Busca a un hombre llamado Isaí que vive allí, porque he elegido a uno de sus hijos para que sea mi rey.


¡Ahora es el momento! Pues el Señor ha dicho: “Yo he elegido a David para que salve a mi pueblo Israel de manos de los filisteos y de sus demás enemigos”».


«Regresa y dile a Ezequías, el líder de mi pueblo: “Esto dice el Señor, Dios de tu antepasado David: ‘He oído tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a sanarte y en tres días te levantarás de la cama e irás al templo del Señor.


Señor, ¡oye mi oración! ¡Escucha mi ruego!


Entonces, así como el Señor dijo que haría, mi primo Hanameel vino y me visitó en la cárcel. Me dijo: «Por favor, compra mi terreno en Anatot en la tierra de Benjamín. Por ley tienes el derecho de comprarlo antes de que lo ofrezca a algún otro, así que cómpralo para ti». Entonces supe que el mensaje que había oído era del Señor.


Enseguida Saúl y sus hombres corrieron a la batalla y encontraron que los filisteos estaban matándose unos a otros. Había una terrible confusión en todas partes.


Así que en ese día el Señor salvó a Israel, y la recia batalla se extendió aún más allá de Bet-avén.


Podemos hacer nuestros planes, pero el Señor determina nuestros pasos.


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