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1 Samuel 10:16 - Biblia Nueva Traducción Viviente

16 —Nos dijo que ya habían encontrado los burros —contestó Saúl. Pero Saúl no le contó a su tío lo que Samuel había dicho acerca del reino.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Y Saúl respondió a su tío: Nos declaró expresamente que las asnas habían sido halladas. Mas del asunto del reino, de que Samuel le había hablado, no le descubrió nada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Saúl respondió a su tío: 'Unicamente nos dijo que habían encontrado las burras'. No le conversó de lo que Samuel le había dicho respecto a la realeza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Y Saúl respondió a su tío: Nos dijo claramente que las asnas habían sido halladas. (Pero nada dijo en lo concerniente a lo que le había dicho Samuel sobre el reinado.)

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Saúl contestó a su tío: 'Nos indicó que las asnas habían aparecido'. Pero no le reveló nada de lo que le había dicho Samuel acerca del reino.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 Y Saúl respondió a su tío: Nos declaró expresamente que las asnas habían sido halladas. Mas del asunto del reino, de que Samuel le había hablado, no le descubrió nada.

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1 Samuel 10:16
9 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Los necios dan rienda suelta a su enojo, pero los sabios calladamente lo controlan.


Cuando llegaron a las afueras de la ciudad, Samuel le dijo a Saúl que mandara a su siervo que se adelantara. Después de que el siervo se fue, Samuel dijo: «Quédate aquí, porque he recibido un mensaje especial para ti de parte de Dios».


Y no te preocupes por esos burros que se perdieron hace tres días, porque ya los encontraron. Además, estoy aquí para decirte que tú y tu familia son el centro de todas las esperanzas de Israel.


En ese instante, el Espíritu del Señor vino con poder sobre él y despedazó las quijadas del león a mano limpia; tan fácilmente como si hubiera sido un cabrito. Pero no contó nada de lo sucedido ni a su padre ni a su madre.


Luego Moisés volvió a la casa de Jetro, su suegro, y le dijo: —Por favor, permíteme volver a Egipto para visitar a mis parientes. Ni siquiera sé si todavía viven. —Ve en paz —le respondió Jetro.


—¡Ah! ¿Y qué dijo? —le preguntó su tío.


Entonces tomó un poco de miel con las manos y la fue comiendo por el camino. También dio un poco a su padre y a su madre, y ellos comieron; pero no les dijo que había tomado la miel del cadáver del león.


Los sabios no hacen alarde de sus conocimientos, pero los necios hacen pública su necedad.


Un tiempo para rasgar y un tiempo para remendar. Un tiempo para callar y un tiempo para hablar.


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