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1 Reyes 21:8 - Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Entonces ella escribió cartas en nombre de Acab, las selló con el sello del rey y las envió a los ancianos y a los demás líderes de la ciudad donde vivía Nabot.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Entonces ella escribió cartas en nombre de Acab, y las selló con su anillo, y las envió a los ancianos y a los principales que moraban en la ciudad con Nabot.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Escribió en nombre del rey una carta y la selló con el timbre del rey, luego se la envió a los ancianos y a los jefes de la ciudad, vecinos de Nabot.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Ella entonces escribió cartas en nombre de Acab, las selló con su anillo, y las envió a los ancianos y a los principales que estaban en su ciudad, aquellos que habitaban con Nabot.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Escribió ella en seguida unas cartas en nombre de Ajab, las selló con el sello real y las envió a los ancianos y notables que había en la ciudad y vivían con Nabot.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Entonces ella escribió cartas en nombre de Acab, y las selló con su anillo y las envió a los ancianos y a los principales que moraban en su ciudad con Nabot.

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1 Reyes 21:8
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

La quinta vez, el sirviente de Sanbalat llegó con una carta abierta en su mano


La siguiente es una copia de la carta: «Al rey Artajerjes, de parte de sus leales súbditos de la provincia situada al occidente del río Éufrates:


El rey también envió cartas en las que menospreciaba al Señor, Dios de Israel. Escribió: «Así como los dioses de todas las demás naciones fueron incapaces de librar a sus pueblos de mi poder, el Dios de Ezequías tampoco será capaz de librar a su pueblo».


Después Jehú mató a los demás parientes de Acab que vivían en Jezreel, a todos sus funcionarios importantes, a sus amigos personales y a sus sacerdotes. Así que a Acab no le quedó ningún descendiente.


Había un hombre llamado Nabot, de Jezreel, que era dueño de un viñedo ubicado en Jezreel al lado del palacio de Acab, rey de Samaria.


Entonces Acab mandó llamar a todos los ancianos del reino y les dijo: —¡Miren cómo este hombre está causando problemas! Ya accedí a su exigencia de darle mis esposas, mis hijos, mi plata y mi oro.


Entonces el Señor le dijo a Moisés: —Reúne delante de mí a setenta hombres que sean reconocidos como ancianos y jefes de Israel. Llévalos al tabernáculo para que permanezcan junto a ti.


Entonces ellos sellaron la tumba y pusieron guardias para que la protegieran.


Enseguida Booz llamó a diez líderes del pueblo y les pidió que se sentaran allí como testigos.


En esas cartas daba la siguiente orden: «Convoquen a todos los ciudadanos a que se reúnan para tener un tiempo de ayuno y denle a Nabot un lugar de honor.


Entonces los ancianos y toda la gente que estaba en la puerta respondieron: —¡Somos testigos! ¡Que el Señor haga que esta mujer que va a ser parte de tu hogar sea como Raquel y Lea, de quienes descendió toda la nación de Israel! Que prosperes en Efrata y que seas famoso en Belén.


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