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1 Reyes 20:20 - Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Cada soldado israelita mató a su oponente arameo, y de pronto todo el ejército arameo sintió pánico y huyó. Los israelitas persiguieron a los arameos, pero el rey Ben-adad y algunos de sus conductores de carros escaparon a caballo.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Y mató cada uno al que venía contra él; y huyeron los sirios, siguiéndoles los de Israel. Y el rey de Siria, Ben-adad, se escapó en un caballo con alguna gente de caballería.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Cada uno eliminó a su enemigo, los arameos dieron vuelta la espalda e Israel se lanzó en su persecución. Ben-Hadad, rey de Aram, saltó a un caballo y salió huyendo con sus caballeros.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Y cada cual mató a su hombre; y los sirios huyeron, e Israel los persiguió. Pero Ben-hadad rey de Siria escapó a caballo con algunos jinetes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Cada uno mató a su contrario. Los arameos se dieron a la fuga e Israel los persiguió. Ben Hadad, rey de Aram, logró escapar a uña de caballo con algunos jinetes.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Y mató cada uno al que venía contra él; y huyeron los sirios, siguiéndolos los de Israel. Y Benadad, rey de Siria, se escapó en un caballo con alguna gente de a caballo.

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1 Reyes 20:20
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Observé algo más bajo el sol. El corredor más veloz no siempre gana la carrera y el guerrero más fuerte no siempre gana la batalla. Los sabios a veces pasan hambre, los habilidosos no necesariamente son ricos, y los bien instruidos no siempre tienen éxito en la vida. Todo depende de la suerte, de estar en el lugar correcto en el momento oportuno.


¡Las naciones se encuentran en un caos, y sus reinos se desmoronan! ¡La voz de Dios truena, y la tierra se derrite!


El ejército mejor equipado no puede salvar a un rey, ni una gran fuerza es suficiente para salvar a un guerrero.


Entonces Senaquerib, rey de Asiria, levantó campamento y regresó a su propia tierra. Volvió a Nínive, la capital del reino, y allí se quedó.


Cada uno agarró a su oponente del cabello y clavó su espada en el costado del otro, de modo que todos murieron. A partir de entonces, ese lugar en Gabaón se conoce como el Campo de las Espadas.


¡Cinco de ustedes perseguirán a cien, y cien de ustedes perseguirán a diez mil! Todos sus enemigos caerán bajo su espada.


En respuesta, Asa tomó toda la plata y todo el oro que quedaban en los tesoros del templo del Señor y del palacio real, y encargó a unos de sus funcionarios que le enviaran todo a Ben-adad, hijo de Tabrimón, hijo de Hezión, rey de Aram, que gobernaba en Damasco, junto con el siguiente mensaje:


Ahora bien, los comandantes de las provincias de Acab junto con todo el ejército habían salido a pelear.


Sin embargo, el rey de Israel destruyó el resto de los caballos y carros de guerra y masacró a los arameos.


Mientras tanto, Ismael y ocho de sus hombres escaparon de Johanán y huyeron a la tierra de los amonitas.


Entonces Gedeón mandó a buscar a los guerreros de Neftalí, de Aser y de Manasés, quienes se unieron para dar caza al ejército de Madián.


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