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1 Reyes 2:26 - Biblia Nueva Traducción Viviente

26 Luego el rey dijo al sacerdote Abiatar: «Regresa a tu casa, en Anatot. Mereces morir, pero no voy a matarte ahora porque tú cargaste el arca del Señor Soberano para David, mi padre, y estuviste con él en todas sus dificultades».

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Biblia Reina Valera 1960

26 Y el rey dijo al sacerdote Abiatar: Vete a Anatot, a tus heredades, pues eres digno de muerte; pero no te mataré hoy, por cuanto has llevado el arca de Jehová el Señor delante de David mi padre, y además has sido afligido en todas las cosas en que fue afligido mi padre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 En cuanto al sacerdote Ebiatar, el rey le dijo: 'Vuélvete a tu propiedad de Anatot. Mereces la muerte, pero no te condenaré ahora a muerte, porque tú transportaste el Arca de Dios delante de mi padre y compartiste los sufrimientos de mi padre'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Pero al sacerdote Abiatar dijo el rey: Aunque eres digno de muerte,° retírate a tus campos en Anatot, no te mataré hoy, porque has cargado el Arca de Adonay YHVH delante de mi padre David, y has participado en todo aquello que mi padre sufrió.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Luego dijo el rey al sacerdote Abiatar: 'Vete a tus campos de Anatot. Eres reo de muerte; pero no te hago morir hoy, porque has llevado el arca de mi Señor Yahveh delante de mi padre David, y porque compartiste todas las aflicciones de mi padre'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

26 Y el rey dijo al sacerdote Abiatar: Vete a Anatot, a tus heredades, pues tú eres digno de muerte; mas no te mataré hoy, por cuanto has llevado el arca del Señor Jehová delante de David mi padre, y además has sido afligido en todas las cosas en que fue afligido mi padre.

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1 Reyes 2:26
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y si le dan siquiera un vaso de agua fresca a uno de mis seguidores más insignificantes, les aseguro que recibirán una recompensa».


Estas son las palabras de Jeremías, hijo de Hilcías, uno de los sacerdotes de Anatot, ciudad de la tierra de Benjamín.


¡Eso no está nada bien! Juro por el Señor que tú y tus hombres merecen morir, ¡porque no protegiste a tu amo, el ungido del Señor! ¡Mira a tu alrededor! ¿Dónde están la lanza del rey y la jarra de agua que estaban junto a su cabeza?


¿Acaso han pasado por tantas experiencias en vano? ¡No puede ser que no les hayan servido para nada!


»Ustedes han estado conmigo durante mis tiempos de prueba.


Griten de terror, gente de Galim. Grítenle una advertencia a Lais. ¡Oh, pobre Anatot!


Después, el rey nombró comandante del ejército a Benaía en lugar de Joab, y puso al sacerdote Sadoc en lugar de Abiatar.


Hoy él sacrificó gran cantidad de ganado, terneros engordados y ovejas, e invitó a todos los hijos del rey a la celebración. También invitó a los comandantes del ejército y al sacerdote Abiatar. Ahora están festejando y bebiendo con él, y gritan: “¡Que viva el rey Adonías!”;


Adonías se apoyó en Joab, hijo de Sarvia, y en el sacerdote Abiatar, y ellos aceptaron ayudarlo a llegar a ser rey.


Entonces David se puso furioso. —¡Tan cierto como que el Señor vive —juró—, cualquier hombre que haga semejante cosa merece la muerte!


Con envidia mirarás cuando derrame prosperidad sobre el pueblo de Israel, pero ningún miembro de tu familia jamás cumplirá sus días.


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