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1 Reyes 18:19 - Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Ahora, convoca a todo Israel para que se reúna conmigo en el monte Carmelo, junto con los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal y los cuatrocientos profetas de Asera, a quienes Jezabel mantiene.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Envía, pues, ahora y congrégame a todo Israel en el monte Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de Jezabel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Anda pues a reunir a Israel; que vengan conmigo al monte Carmelo, y con ellos los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal que comen de la mesa de Jezabel'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Ahora pues, envía y convócame a todo Israel en el monte Carmelo, y a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de las aseras, los cuales comen a la mesa de Jezabel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Ahora, manda reunir en torno mío a todo Israel en el monte Carmelo, así como a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal que comen a la mesa de Jezabel'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 Envía, pues, ahora y reúneme a todo Israel en el monte Carmelo, y a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y a los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de Jezabel.

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1 Reyes 18:19
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Luego levantó un poste dedicado a la diosa Asera. Acab hizo más para provocar el enojo del Señor, Dios de Israel, que cualquier otro de los reyes anteriores de Israel.


Alamelec, Amad y Miseal. El límite occidental tocaba Carmelo y Sihor-libnat,


De allí, Eliseo fue al monte Carmelo y finalmente regresó a Samaria.


Y la bestia fue capturada, y junto con ella, el falso profeta que hacía grandes milagros en nombre de la bestia; milagros que engañaban a todos los que habían aceptado la marca de la bestia y adorado a su estatua. Tanto la bestia como el falso profeta fueron lanzados vivos al lago de fuego que arde con azufre.


»Pero tengo una queja en tu contra. Permites que esa mujer —esa Jezabel que se llama a sí misma profetisa— lleve a mis siervos por mal camino. Ella les enseña a cometer pecado sexual y a comer alimentos ofrecidos a ídolos.


En Israel también hubo falsos profetas, tal como habrá falsos maestros entre ustedes. Ellos les enseñarán con astucia herejías destructivas y hasta negarán al Señor, quien los compró. Esto provocará su propia destrucción repentina.


Aunque se escondan en la cumbre del monte Carmelo, allí los buscaré y los capturaré. Aunque se oculten en el fondo del océano, enviaré tras ellos a la serpiente marina para que los muerda.


Esto es lo que vio y oyó: «¡La voz del Señor rugirá desde el monte Sion; su voz tronará desde Jerusalén! Los buenos pastizales de los pastores se secarán, y la hierba del monte Carmelo se marchitará y morirá».


»Tan cierto como que yo vivo —dice el Rey, cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos Celestiales—, ¡alguien viene contra Egipto que es tan alto como el monte Tabor o como el monte Carmelo junto al mar!


Sin embargo, los israelitas siguieron pecando, siguiendo el mal ejemplo de Jeroboam. También dejaron en pie el poste dedicado a la diosa Asera en Samaria.


El rey Joram preguntó: —¿Vienes en son de paz, Jehú? —¿Cómo puede haber paz cuando la idolatría y la brujería de tu madre, Jezabel, están por todas partes? —contestó Jehú.


Así que el rey de Israel convocó a los profetas, unos cuatrocientos en total, y les preguntó: —¿Debo ir a pelear contra Ramot de Galaad o desistir? Todos ellos contestaron: —¡Sí, adelante! El Señor dará la victoria al rey.


Entonces Elías les dijo: «Yo soy el único profeta del Señor que queda, pero Baal tiene cuatrocientos cincuenta profetas.


Hasta quitó a su abuela Maaca de su puesto de reina madre, porque ella había hecho un poste obsceno dedicado a la diosa Asera. Derribó el poste obsceno y lo quemó en el valle de Cedrón.


Temprano a la mañana siguiente Samuel fue a buscar a Saúl. Alguien le dijo: «Saúl fue a la ciudad de Carmelo a levantar un monumento en su propio honor y después continuó a Gilgal».


Entonces Acab convocó a todos los israelitas y a los profetas al monte Carmelo.


—¿Por qué has venido a verme a mí? —preguntó Eliseo al rey de Israel—. ¡Busca a los profetas paganos de tu padre y de tu madre! Pero Joram, rey de Israel, dijo: —¡No! ¿Acaso no ha sido el Señor quien nos trajo a los tres reyes aquí para que el rey de Moab nos derrote?


Por lo tanto, manden llamar a todos los profetas y a los que veneran a Baal y reúnan a todos sus sacerdotes. Asegúrense de que vengan todos, porque voy a ofrecer un gran sacrificio a Baal. Cualquiera que no venga será ejecutado»; pero el astuto plan de Jehú consistía en destruir a todos los que rendían culto a Baal.


No pedí nada, aunque con frecuencia daba de comer a ciento cincuenta funcionarios judíos en mi mesa, ¡sin contar a todos los visitantes de otras tierras!


¡Qué hermosa eres! ¡Qué encantadora, mi amor, qué llena de delicias!


»Vi que los profetas de Samaria eran tremendamente malvados, porque profetizaron en nombre de Baal y llevaron a mi pueblo Israel al pecado.


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