Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





1 Reyes 18:10 - Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Te juro por el Señor tu Dios que el rey te ha buscado en cada nación y reino de la tierra, desde un extremo hasta el otro ha procurado encontrarte. Cada vez que alguien le afirmaba: “Elías no está aquí”, el rey Acab obligaba al rey de esa nación a jurar que había dicho la verdad.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

10 Vive Jehová tu Dios, que no ha habido nación ni reino adonde mi señor no haya enviado a buscarte, y todos han respondido: No está aquí; y a reinos y a naciones él ha hecho jurar que no te han hallado.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Pues tan cierto como que Yavé, tu Dios, vive, que no hay territorio ni reino a donde mi amo no haya mandado buscarte. Y cuando decían: 'Elías no está aquí', hacía que ese reino o ese territorio jurara que no te había visto.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

10 ¡Vive YHVH tu Dios, que no hay nación ni reino adonde mi señor no haya enviado a buscarte! Cuando ellos decían: No está aquí, hacía jurar al reino y a la nación que no te habían hallado.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 ¡Por vida de Yahveh, tu Dios! No hay nación ni reino adonde mi señor no haya mandado a buscarte. Y cuando le decían: 'No está aquí', hacía jurar a aquel reino y a aquella nación que no te habían encontrado.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Vive Jehová tu Dios, que no ha habido nación ni reino adonde mi señor no haya enviado a buscarte; y cuando ellos decían: No está aquí; él ha hecho jurar al reino o a la nación que no te habían hallado.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




1 Reyes 18:10
20 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Ahora bien, Elías, quien era de Tisbé en Galaad, le dijo al rey Acab: «Tan cierto como que el Señor vive, el Dios de Israel —a quien sirvo—, no habrá rocío ni lluvia durante los próximos años, ¡hasta que yo dé la orden!».


En ese momento, tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús desapareció de la vista de ellos y salió del templo.


Entonces el rey mandó a su hijo Jerameel, a Seraías, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdeel, para que arrestaran a Baruc y a Jeremías; pero el Señor los había escondido.


Los que viven al amparo del Altísimo encontrarán descanso a la sombra del Todopoderoso.


Los escondes en el refugio de tu presencia, a salvo de los que conspiran contra ellos. Los proteges en tu presencia, los alejas de las lenguas acusadoras.


Con arrogancia los malvados persiguen a los pobres; ¡que sean atrapados en el mal que traman para otros!


Pero Elías dijo: —Te juro por el Señor Todopoderoso, en cuya presencia estoy, que hoy mismo me presentaré ante Acab.


Pero ella respondió: —Le juro por el Señor su Dios que no tengo ni un pedazo de pan en la casa. Solo me queda un puñado de harina en el frasco y un poquito de aceite en el fondo del jarro. Estaba juntando algo de leña para preparar una última comida, después mi hijo y yo moriremos.


«Vete a vivir a la aldea de Sarepta, que está cerca de la ciudad de Sidón. Yo le he ordenado a una viuda de allí que te alimente».


Entonces Elías hizo lo que el Señor le dijo y acampó junto al arroyo de Querit, al oriente del Jordán.


El Señor me ha confirmado y me ha puesto en el trono de David, mi padre; él ha establecido mi dinastía, tal como lo prometió. Por lo tanto, ¡tan cierto como que el Señor vive, Adonías morirá hoy mismo!


y el rey repitió su juramento: —Tan cierto como que el Señor vive y me ha rescatado de todo peligro,


Así que Aquis finalmente mandó traer a David y le dijo: —Juro por el Señor que has sido un aliado confiable. Pienso que debes ir conmigo a la batalla, porque no he encontrado una sola falla en ti desde que llegaste hasta el día de hoy. Pero los demás gobernantes filisteos no quieren ni oír hablar del tema.


—¡Ay, señor! —protestó Abdías—, ¿qué daño te he hecho para que me mandes a morir a manos de Acab?


Y ahora tú me dices: “Ve y dile a tu amo: ‘Elías está aquí’”.


Pero Micaías respondió: —Tan cierto como que el Señor vive, solo diré lo que el Señor me indique.


—Tanto tú como Jeremías deberían esconderse —le dijeron los funcionarios a Baruc—. ¡No le digan a nadie dónde están!


Descubran sus escondites y vuelvan cuando estén seguros. Después yo iré con ustedes. Y si está en la región, lo rastrearé, ¡aunque tenga que buscar en cada escondite de Judá!


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម