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1 Reyes 17:22 - Biblia Nueva Traducción Viviente

22 El Señor oyó la oración de Elías, ¡y la vida volvió al niño, y revivió!

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Biblia Reina Valera 1960

22 Y Jehová oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él, y revivió.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Yavé oyó la súplica de Elías y le volvió al niño la respiración: ¡estaba vivo!

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Y YHVH escuchó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él, y revivió.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Escuchó Yahveh la voz de Elías, el alma del niño volvió a estar dentro de él y revivió.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

22 Y Jehová oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él, y revivió.

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1 Reyes 17:22
12 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pero después de tres días y medio, Dios sopló vida en ellos, ¡y se pusieron de pie! El terror se apoderó de todos los que estaban mirándolos.


¡Miren ahora, yo mismo soy Dios! ¡No hay otro dios aparte de mí! Yo soy el que mata y el que da vida; soy el que hiere y el que sana. ¡Nadie puede ser librado de mi mano poderosa!


Hubo mujeres que recibieron otra vez con vida a sus seres queridos que habían muerto. Sin embargo, otros fueron torturados, porque rechazaron negar a Dios a cambio de la libertad. Ellos pusieron su esperanza en una vida mejor que viene después de la resurrección.


Cristo murió y resucitó con este propósito: ser Señor de los vivos y de los muertos.


Entonces Jesús gritó: «¡Lázaro, sal de ahí!».


Cierta vez, mientras unos israelitas enterraban a un hombre, divisaron a una banda de esos saqueadores. Entonces en el apuro arrojaron el cuerpo en la tumba de Eliseo y huyeron; pero en cuanto el cuerpo tocó los huesos de Eliseo, ¡el muerto resucitó y de un salto se puso de pie!


El Señor da tanto la muerte como la vida; a unos baja a la tumba y a otros levanta.


Mientras tanto, llevaron al joven a su casa vivo y sano, y todos sintieron un gran alivio.


Entonces Jesús la tomó de la mano y dijo en voz fuerte: «¡Niña, levántate!».


Luego se acercó al ataúd y lo tocó y los que cargaban el ataúd se detuvieron. «Joven —dijo Jesús—, te digo, levántate».


Entonces Elías bajó al niño de la habitación en el piso de arriba y se lo entregó a su madre. —¡Mira —le dijo—, tu hijo vive!


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