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1 Reyes 13:18 - Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Sin embargo, el profeta anciano le dijo: —Yo también soy profeta, como tú. Y un ángel me dio este mandato de parte del Señor: “Llévalo a tu casa para que coma y beba algo”. Pero el anciano le estaba mintiendo.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Y el otro le dijo, mintiéndole: Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por palabra de Jehová, diciendo: Tráele contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Pero el viejo profeta le replicó: 'Yo también soy un profeta como tú y un ángel me habló. Me transmitió esta orden de Yavé: Haz que se venga contigo a tu casa para que coma pan y beba agua'. Era una mentira.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Pero él le dijo: Yo también soy profeta así como tú, y un ángel me ha hablado por revelación de YHVH, diciendo: Hazle volver contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua (pero le mintió).

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 El profeta respondió: 'También yo soy profeta como tú, y un ángel me ha dicho por orden de Yahveh: 'Hazlo volver contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua''. Con estas palabras le engañó.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

18 Y el otro le dijo: Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por palabra de Jehová, diciendo: Vuélvelo contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua. Pero le mintió.

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1 Reyes 13:18
36 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Queridos amigos, no les crean a todos los que afirman hablar de parte del Espíritu. Pónganlos a prueba para averiguar si el espíritu que tienen realmente proviene de Dios, porque hay muchos falsos profetas en el mundo.


»Ten cuidado de los falsos profetas que vienen disfrazados de ovejas inofensivas pero en realidad son lobos feroces.


En Israel también hubo falsos profetas, tal como habrá falsos maestros entre ustedes. Ellos les enseñarán con astucia herejías destructivas y hasta negarán al Señor, quien los compró. Esto provocará su propia destrucción repentina.


Pero el ángel del Señor le dijo a Balaam: —Ve con estos hombres, pero habla solamente lo que yo te diga. Así que Balaam siguió con los funcionarios de Balac.


Pero temo que, de alguna manera, su pura y completa devoción a Cristo se corrompa, tal como Eva fue engañada por la astucia de la serpiente.


Tales personas no sirven a Cristo nuestro Señor; sirven a sus propios intereses. Con palabras suaves y halagos, engañan a la gente inocente;


Con sus mentiras desalentaron a los justos, pero yo no quería que estuvieran tristes; ustedes alentaron a los perversos al prometerles vida, aunque ellos continuaran pecando.


Yo estoy contra estos falsos profetas. Sus sueños imaginarios son mentiras descaradas que llevan a mi pueblo a pecar. Yo no los envié ni los nombré, y no tienen ningún mensaje para mi pueblo. ¡Yo, el Señor, he hablado!


Siguen diciendo a los que desprecian mi palabra: “¡No se preocupen! ¡El Señor dice que ustedes tendrán paz!”. Y a los que obstinadamente siguen sus propios deseos, los profetas les dicen: “¡No les sucederá nada malo!”.


los profetas dan profecías falsas, y los sacerdotes gobiernan con mano de hierro. Peor todavía, ¡a mi pueblo le encanta que sea así! Ahora bien, ¿qué harán ustedes cuando todo esto llegue a su fin?


Mintieron acerca del Señor y dijeron: “¡Él no nos molestará! Ningún desastre vendrá sobre nosotros; no habrá guerra ni hambre.


Los líderes de Israel son la cabeza, y los profetas mentirosos son la cola.


Y la bestia fue capturada, y junto con ella, el falso profeta que hacía grandes milagros en nombre de la bestia; milagros que engañaban a todos los que habían aceptado la marca de la bestia y adorado a su estatua. Tanto la bestia como el falso profeta fueron lanzados vivos al lago de fuego que arde con azufre.


Pues se levantarán falsos mesías y falsos profetas y realizarán grandes señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos de Dios.


¡Pero ahora veo que los profetas de Jerusalén son aún peores! Cometen adulterio y les encanta la deshonestidad. Alientan a los que hacen lo malo para que ninguno se arrepienta de sus pecados. Estos profetas son tan perversos como lo fue la gente de Sodoma y Gomorra».


Entonces el ángel del Señor se le apareció a la esposa de Manoa y le dijo: «Aunque no has podido tener hijos, pronto quedarás embarazada y darás a luz un hijo varón.


Si alguien —ya sea nosotros o incluso un ángel del cielo— les predica otra Buena Noticia diferente de la que nosotros les hemos predicado, que le caiga la maldición de Dios.


Ahora bien, el Espíritu Santo nos dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe verdadera; seguirán espíritus engañosos y enseñanzas que provienen de demonios.


Estas personas son hipócritas y mentirosas, y tienen muerta la conciencia.


Así que regresaron juntos, y el hombre de Dios comió y bebió en la casa del profeta.


Mientras tanto, el Señor le ordenó a un miembro del grupo de profetas que le dijera a otro: «¡Golpéame!»; pero el hombre se negó a golpearlo.


Las palabras veraces soportan la prueba del tiempo, pero las mentiras pronto se descubren.


El Señor detesta los labios mentirosos, pero se deleita en los que dicen la verdad.


El testigo falso no quedará sin castigo; el mentiroso tampoco escapará.


Es más, ¿crees que hemos invadido tu tierra sin la dirección del Señor? El Señor mismo nos dijo: “¡Ataquen esta tierra y destrúyanla!”».


«Envía una carta abierta a todos los desterrados en Babilonia. Diles: “Esto dice el Señor con relación a Semaías el nehelamita: ‘Como les ha profetizado a pesar de que yo no lo envié, y los ha engañado, haciéndolos creer sus mentiras,


lo castigaré a él y a su familia. Ninguno de sus descendientes verá las buenas cosas que haré para mi pueblo, porque él los ha incitado a rebelarse contra mí. ¡Yo, el Señor, he hablado!’”».


»Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: lo que ustedes afirman es falso y sus visiones son mentira, por eso yo me pondré en contra de ustedes, dice el Señor Soberano.


Entonces el Señor Dios le preguntó a la mujer: —¿Qué has hecho? —La serpiente me engañó —contestó ella—. Por eso comí.


—¿De verdad eres mi hijo Esaú? —preguntó. —Sí, lo soy —contestó Jacob.


»“¿Cómo lo harás?”, preguntó el Señor. »El espíritu contestó: “Saldré e inspiraré a todos los profetas de Acab para que hablen mentiras”. »“Tendrás éxito —dijo el Señor—, adelante, hazlo”.


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