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1 Reyes 1:48 - Biblia Nueva Traducción Viviente

48 y dijo: “Alabado sea el Señor, Dios de Israel, quien el día de hoy ha escogido a un sucesor que se siente en mi trono mientras yo aún vivo para presenciarlo”.

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Biblia Reina Valera 1960

48 Además el rey ha dicho así: Bendito sea Jehová Dios de Israel, que ha dado hoy quien se siente en mi trono, viéndolo mis ojos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

48 y ha dicho esto: ¡Bendito sea Yavé, el Dios de Israel, porque ha permitido que mis ojos vean a uno de mis descendientes sentado en mi trono!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

48 Y el rey también ha dicho así: ¡Bendito sea YHVH, Dios de Israel, que ha hecho que alguien se sentara en mi trono en este día, y que mis ojos lo hayan visto!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

48 al tiempo que decía: '¡Bendito Yahveh, Dios de Israel, que me ha concedido ver hoy con mis ojos a uno de mi descendencia sentado en mi trono!''.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

48 Y también el rey habló así: Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, que ha dado hoy quien se siente en mi trono, viéndolo mis ojos.

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1 Reyes 1:48
26 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Salomón contestó: —Tú mostraste gran y fiel amor hacia tu siervo David, mi padre, un hombre transparente y leal, quien te fue fiel. Hoy sigues mostrándole este gran y fiel amor al darle un hijo que se siente en su trono.


Que toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Es por su gran misericordia que hemos nacido de nuevo, porque Dios levantó a Jesucristo de los muertos. Ahora vivimos con gran expectación


Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo.


»Cuando se cumplió el tiempo, yo, Nabucodonosor, levanté los ojos al cielo. Recuperé la razón, alabé y adoré al Altísimo y di honra a aquel que vive para siempre. Su dominio es perpetuo, y eterno es su reino.


Los nietos son la corona de gloria de los ancianos; los padres son el orgullo de sus hijos.


Te alabaré todos los días; sí, te alabaré por siempre.


Alaben al Señor, Dios de Israel, quien vive desde la eternidad hasta la eternidad. ¡Amén y amén!


Alabaré al Señor en todo tiempo; a cada momento pronunciaré sus alabanzas.


Luego los jefes de los levitas —Jesúa, Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías— llamaron al pueblo: «¡Levántense y alaben al Señor su Dios, porque él vive desde la eternidad hasta la eternidad!». Entonces oraron: «¡Que tu glorioso nombre sea alabado! ¡Que sea exaltado por sobre toda bendición y alabanza!


Después, David le dijo a toda la asamblea: «¡Alaben al Señor su Dios!». Y todos en la asamblea alabaron al Señor, Dios de sus antepasados, y se inclinaron y se arrodillaron ante el Señor y ante el rey.


Luego David alabó al Señor en presencia de toda la asamblea: «¡Oh Señor, Dios de nuestro antepasado Israel, que seas alabado por siempre y para siempre!


Y ahora, oh Dios, sumado a todo lo demás, ¡hablas de darle a tu siervo una dinastía duradera! Hablas como si yo fuera una persona muy importante, oh Señor Dios.


Pero Joab le respondió al rey: —¡Que el Señor su Dios le dé vida para ver cien veces más personas de las que hay ahora! ¿Pero por qué, mi señor el rey, quiere usted hacer tal cosa?


Pues cuando mueras y seas enterrado con tus antepasados, levantaré a uno de tus hijos de tu propia descendencia y fortaleceré su reino.


Y bendito sea Dios Altísimo, que derrotó a tus enemigos por ti». Luego Abram dio a Melquisedec una décima parte de todos los bienes que había recuperado.


David le respondió a Abigail: —¡Alabado sea el Señor, Dios de Israel, quien hoy te ha enviado a mi encuentro!


Entonces todos los invitados de Adonías, presos del pánico, saltaron de la mesa del banquete y se dispersaron velozmente.


Si lo haces, el Señor cumplirá la promesa que me hizo cuando me dijo: “Si tus descendientes viven como debe ser y me siguen fielmente, con todo el corazón y con toda el alma, siempre habrá uno de ellos en el trono de Israel”.


»Ahora el Señor ha cumplido la promesa que hizo, porque he llegado a ser rey en lugar de mi padre y ocupo el trono de Israel, tal como el Señor lo prometió. He construido este templo para honrar el nombre del Señor, Dios de Israel.


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