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1 Pedro 1:21 - Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Por medio de Cristo, han llegado a confiar en Dios. Y han puesto su fe y su esperanza en Dios, porque él levantó a Cristo de los muertos y le dio una gloria inmensa.

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Biblia Reina Valera 1960

21 y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Gracias a él han creído en Dios que lo resucitó de entre los muertos y lo glorificó, precisamente con el fin de que pusieran su fe y su esperanza en Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 que por medio de Él sois fieles a Dios, quien lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, para que vuestra fe y esperanza estén en Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 los que por él creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio la gloria, de modo que vuestra fe y esperanza estén puestas en Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

21 quienes por Él creéis en Dios, el cual le resucitó de los muertos, y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.

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1 Pedro 1:21
34 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

pero Dios lo liberó de los terrores de la muerte y lo volvió a la vida, pues la muerte no pudo retenerlo bajo su dominio.


No obstante, lo que sí vemos es a Jesús, a quien por un poco de tiempo se le dio una posición «un poco menor que los ángeles»; y debido a que sufrió la muerte por nosotros, ahora está «coronado de gloria y honor». Efectivamente, por la gracia de Dios, Jesús conoció la muerte por todos.


Jesús le gritó a la multitud: «Si confían en mí, no confían solo en mí, sino también en Dios, quien me envió.


Ahora Cristo ha ido al cielo. Él está sentado en el lugar de honor, al lado de Dios, y todos los ángeles, las autoridades y los poderes aceptan su autoridad.


Se preguntaban a qué tiempo y en qué circunstancias se refería el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando les dijo de antemano sobre los sufrimientos de Cristo y de la inmensa gloria que después vendría.


Por eso puede salvar —una vez y para siempre— a los que vienen a Dios por medio de él, quien vive para siempre, a fin de interceder con Dios a favor de ellos.


Desde que me enteré de su profunda fe en el Señor Jesús y del amor que tienen por el pueblo de Dios en todas partes,


Yo, Pablo, apóstol de Cristo Jesús, nombrado por mandato de Dios nuestro Salvador y de Cristo Jesús, quien nos da esperanza,


Pues él quería que su pueblo supiera que las riquezas y la gloria de Cristo también son para ustedes, los gentiles. Y el secreto es: Cristo vive en ustedes. Eso les da la seguridad de que participarán de su gloria.


Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo.


también para nuestro beneficio, porque nos asegura que Dios nos considerará justos a nosotros también si creemos en él, quien levantó de los muertos a Jesús nuestro Señor.


Déjenme decirles claramente tanto a ustedes como a todo el pueblo de Israel que fue sanado por el poderoso nombre de Jesucristo de Nazaret, el hombre a quien ustedes crucificaron pero a quien Dios levantó de los muertos.


Ustedes mataron al autor de la vida, pero Dios lo levantó de los muertos. ¡Y nosotros somos testigos de ese hecho!


Pues es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob —el Dios de todos nuestros antepasados— quien dio gloria a su siervo Jesús al hacer este milagro. Es el mismo Jesús a quien ustedes rechazaron y entregaron a Pilato, a pesar de que Pilato había decidido ponerlo en libertad.


Después de decir todas esas cosas, Jesús miró al cielo y dijo: «Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo para que él, a su vez, te dé la gloria a ti.


Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.


»No dejen que el corazón se les llene de angustia; confíen en Dios y confíen también en mí.


Pues él es enviado por Dios y habla las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin límites.


Jesús se acercó y dijo a sus discípulos: «Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra.


»Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza.


¿Por qué estoy desanimado? ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y


Así que dejemos de repasar una y otra vez las enseñanzas elementales acerca de Cristo. Por el contrario, sigamos adelante hasta llegar a ser maduros en nuestro entendimiento. No puede ser que tengamos que comenzar de nuevo con los importantes cimientos acerca del arrepentimiento de las malas acciones y de tener fe en Dios.


Ahora, Padre, llévame a la gloria que compartíamos antes de que comenzara el mundo.


Padre, quiero que los que me diste estén conmigo donde yo estoy. Entonces podrán ver toda la gloria que me diste, porque me amaste aun antes de que comenzara el mundo.


¿Qué armonía puede haber entre Cristo y el diablo? ¿Cómo puede un creyente asociarse con un incrédulo?


Sin duda alguna, el gran misterio de nuestra fe es el siguiente: Cristo fue revelado en un cuerpo humano y vindicado por el Espíritu. Fue visto por ángeles y anunciado a las naciones. Fue creído en todo el mundo y llevado al cielo en gloria.


Que toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Es por su gran misericordia que hemos nacido de nuevo, porque Dios levantó a Jesucristo de los muertos. Ahora vivimos con gran expectación


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