1 Corintios 2:11 - Biblia Nueva Traducción Viviente

¹¹ Nadie puede conocer los pensamientos de una persona excepto el propio espíritu de esa persona y nadie puede conocer los pensamientos de Dios excepto el propio Espíritu de Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

¹¹ Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹¹ En efecto, nadie nos conoce como nuestro espíritu, porque está en nosotros. De igual modo, sólo el Espíritu de Dios conoce las cosas de Dios.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹¹ Pues ¿quién de los hombres sabe lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así también, nadie ha conocido las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹¹ ¿Quién es el que sabe lo que hay en el hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? De la misma manera, sólo el Espíritu de Dios sabe lo que hay en Dios.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹¹ Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoce las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

1 Corintios 2:11 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Proverbios 20:27

La luz del Señor penetra el espíritu humano y pone al descubierto cada intención oculta.

1 Corintios 2:10

Pero fue a nosotros a quienes Dios reveló esas cosas por medio de su Espíritu. Pues su Espíritu investiga todo a fondo y nos muestra los secretos profundos de Dios.

Jeremías 17:9

»El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es?

Proverbios 14:10

Cada corazón conoce su propia amargura, y nadie más puede compartir totalmente su alegría.

Proverbios 20:5

Aunque el buen consejo esté en lo profundo del corazón, la persona con entendimiento lo extraerá.

Job 15:8

¿Estuviste presente durante el concilio secreto de Dios? ¿Tienes tú el monopolio de la sabiduría?

1 Corintios 12:8

A uno el Espíritu le da la capacidad de dar consejos sabios; a otro el mismo Espíritu le da un mensaje de conocimiento especial.