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1 Corintios 15:56 - Biblia Nueva Traducción Viviente

56 Pues el pecado es el aguijón que termina en muerte, y la ley le da al pecado su poder.

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Biblia Reina Valera 1960

56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

56 El aguijón de la muerte es el pecado, y la Ley lo hacía más poderoso.

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La Biblia Textual 3a Edicion

56 Pues el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

56 El aguijón de la muerte es el pecado, y la fuerza del pecado es la ley.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

56 El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley.

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1 Corintios 15:56
15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pues la ley siempre trae castigo para los que tratan de obedecerla. (¡La única forma de no violar la ley es no tener ninguna ley para violar!).


Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor.


Por eso dije que morirán en sus pecados; porque, a menos que crean que Yo Soy quien afirmo ser, morirán en sus pecados».


La ley de Dios fue entregada para que toda la gente se diera cuenta de la magnitud de su pecado, pero mientras más pecaba la gente, más abundaba la gracia maravillosa de Dios.


Más tarde, Jesús volvió a decirles: «Yo me voy, y ustedes me buscarán, pero morirán en su pecado. Adonde yo voy, ustedes no pueden ir».


Pues el pecado de un solo hombre, Adán, hizo que la muerte reinara sobre muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su justicia, porque todos los que lo reciben vivirán en victoria sobre el pecado y la muerte por medio de un solo hombre, Jesucristo.


Y así como cada persona está destinada a morir una sola vez y después vendrá el juicio,


pero hay una gran diferencia entre el pecado de Adán y el regalo del favor inmerecido de Dios. Pues el pecado de un solo hombre, Adán, trajo muerte a muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su perdón para muchos por medio de otro hombre, Jesucristo;


Los perversos son aplastados por el desastre, pero los justos tienen un refugio cuando mueren.


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