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Zacarías 9:9 - Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Salta, llena de gozo, oh hija de Sión, lanza gritos de alegría, hija de Jerusalén. Pues tu rey viene hacia ti; él es santo y victorioso, humilde, y va montado sobre un burro, sobre el hijo pequeño de una burra.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 ¡Alégrate, oh pueblo de Sion! ¡Grita de triunfo, oh pueblo de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti. Él es justo y victorioso, pero es humilde, montado en un burro: montado en la cría de una burra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 ¡Alégrate mucho, capital de Sión! ¡Da voces de júbilo, ciudad de Jerusalem! Mira a tu Rey llegando, justo y victorioso,° Humilde, montado en un asno, en una cría de asna.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Salta de gozo, hija de Sión, da gritos de júbilo, hija de Jerusalén. Mira a tu rey que viene a ti: es justo y victorioso, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de un asna.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Alégrate mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí, tu Rey viene a ti; Él es justo y trae salvación; humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino, hijo de asna.

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Zacarías 9:9
43 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¡Ea!, salgan del país del norte, dice Yavé, pues yo los he dispersado a los cuatro puntos cardinales.


Trajeron el burro a Jesús, le pusieron sus capas encima y Jesús montó en él.


Yo, yo soy Yavé, y nadie salva fuera de mí.


Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso.


Sube a un alto cerro tú que le llevas a Sión una buena nueva. ¡Haz resonar tu voz, grita sin miedo, tú que llevas a Jerusalén la noticia! Diles a las ciudades de Judá: '¡Aquí está su Dios!'


Pues Yavé lanza una proclamación, que la oigan hasta en el último rincón de la tierra: 'Díganle a la hija de Sión: Mira cómo ya llega tu Salvador. Anda trayendo el premio por su victoria y delante de él van sus trofeos.


Pues yo soy Yavé, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. Para rescatarte, entregaría a Egipto Etiopía y Saba, en lugar tuyo.


¡Grita de contento y de alegría, oh Sión, porque grande es, en medio de ti, el Santo de Israel!'


Yo soy quien ha consagrado a mi rey en Sión, mi monte santo.


Natanael exclamó: 'Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.


tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados'.


sino que servirán a Yavé, su Dios, y a David, el rey que yo les pondré.


O si no hablen, presenten sus pruebas; si es necesario, consúltense unos a otros: ¿Quién había anunciado estas cosas y las había publicado desde hace tiempo? ¿No he sido yo, Yavé? No hay otro Dios fuera de mí. Dios justo y Salvador no hay fuera de mí.


Lleno me siento de palabras bellas, recitaré al rey, yo, mi poema: mi lengua es como un lápiz de escritor.


Ellos gritaron: '¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo!' Pilato replicó: '¿He de crucificar a su Rey?' Los jefes de los sacerdotes contestaron: 'No tenemos más rey que el César.


preguntando: '¿Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo.


Y les interpretó lo que se decía de él en todas las Escrituras, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas.


Tenía treinta hijos que andaban en treinta burros, y poseía treinta ciudades que todavía se llaman las aldeas de Yaír, en el territorio de Galaad.


Alégrese Israel de quien lo hizo, festejen a su rey, hijos de Sión.


Oráculo sobre los animales del Negueb: A través de una tierra pobre y triste, poblada por leones y por víboras y serpientes voladoras, llevan sus tesoros, a lomo de burro, y sus riquezas sobre la joroba de camellos, a un pueblo que no les prestará ninguna ayuda.


sino que Yavé es el que nos gobierna, Yavé nos pone leyes, Yavé es nuestro rey, El nos salvará.


Pues así habla el Altísimo, que vive en su morada eterna, y cuyo Nombre es santo: 'Yo vivo en lo alto y me quedo en mi santidad, pero también estoy con el hombre arrepentido y humillado, para reanimar el espíritu de los humildes y a los de corazón quebrantado.


Pero tendré compasión de la casa de Judá y los salvaré por Yavé su Dios; los salvaré sin usar el arco ni la espada, ni la guerra ni los carros ni los caballos.


Por eso, si Yavé los abandona es sólo por un tiempo, hasta que aquella que debe dar a luz tenga su hijo. Entonces el resto de sus hermanos volverá a Israel.


El sacerdote Sadoc, el profeta Natán y Benaías, hijo de Yoyada, hicieron montar a Salomón en la mula del rey David y lo condujeron a Guijón escoltado por los quereteos y los peleteos.


Qué bien venidos, por los montes, los pasos del que trae buenas noticias, que anuncia la paz, que trae la felicidad, que anuncia la salvación, y que dice a Sión: '¡Ya reina tu Dios!'


En ruinas, ruinas y más ruinas lo convertiré todo hasta que venga aquel a quien le pertenece el derecho, a ése lo restableceré.


Y tú, Sión, torre de donde se vigila el rebaño, recuperarás la antigua soberanía, la autoridad real sobre todo Israel.


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