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Zacarías 9:8 - Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Yo montaré guardia para proteger a mi país de cualquier asaltante; ya nadie se atreverá a oprimirlos, pues ahora he visto cómo están oprimidos.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Entonces acamparé alrededor de mi casa como un guarda, para que ninguno vaya ni venga, y no pasará más sobre ellos el opresor; porque ahora miraré con mis ojos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Guardaré mi templo y lo protegeré de ejércitos invasores. Estoy vigilando de cerca para asegurar que nunca más los opresores extranjeros invadan la tierra de mi pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Acamparé° como guarnición en torno a mi Casa, Contra el que va y contra el que viene, Y el tirano no volverá a pasar sobre ellos, Porque ahora Yo vigilo con mis ojos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Acamparé como centinela ante mi casa contra los que van y vienen; ya no pasará por ella el opresor, porque ahora yo vigilo con mis ojos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Y yo acamparé junto a mi casa a causa del ejército, a causa del que va y del que viene; y no pasará más sobre ellos el opresor; porque ahora he visto con mis ojos.

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Zacarías 9:8
39 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Te mantendrás firme por la justicia y no tendrás que temer la opresión; el terror no se te acercará.


Ya no se hablará de violencia en tu país ni de saqueo o calamidades dentro de tus fronteras. A tus murallas les pondrás por nombre 'Salvación', y a tus puertas, 'Alabanza'.


¡Despierta, despierta, levántate, Sión! Vístete de fiesta, Jerusalén, Ciudad Santa. Ya no volverá a entrar en ti ni el incircunciso ni el impuro.


Vendrán, cantando de alegría, al cerro de Sión, y acudirán para gozar de los regalos de Yavé, del trigo, vino y aceite, de las ovejas y bueyes. Su alma será como un huerto bien regado, y no volverán más a estar desganados.


Yo los plantaré en su tierra para que nunca más sean extirpados y arrancados del suelo que otrora yo les di, dice Yavé, tu Dios.


Ya no les ocultaré mi rostro, sino que difundiré mi Espíritu en mi pueblo de Israel, palabra de Yavé.


No saldrán a la carrera, ni partirán como que vienen huyendo, pues al frente de ustedes irá Yavé, y el Dios de Israel les protegerá las espaldas.


Yavé de los Ejércitos, como pájaro que vuela, protegerá a Jerusalén y la salvará, guardándola ilesa y liberándola.


Juzgará con justicia al bajo pueblo, salvará a los hijos de los pobres, pues al opresor aplastará.


El ángel del Señor hace sus rondas junto a los que le temen y los guarda.


A lo mejor Yavé toma en cuenta esta mi pena para devolverme la felicidad después de la maldición de hoy'.


El clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí y he visto cómo los egipcios los oprimen.


Invadieron el país entero y cercaron el campamento de los santos, la Ciudad muy amada, pero bajó fuego del cielo y los devoró.


He visto cómo maltratan a mi pueblo en Egipto, he oído su llanto y he bajado para liberarlo. Y ahora ven, que te voy a enviar a Egipto.


Ya no habrá peligro ni maldición para Jerusalén; sus habitantes vivirán tranquilos en adelante.


Ese día, también, Yavé protegerá de tal forma a los habitantes de Jerusalén que el más débil de entre ellos será como David, y la familia de David, que los encabezará, será como Dios, como el ángel de Yavé.


Estas fueron las palabras que Yavé dirigió al profeta Jeremías, cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, emprendió el ataque a Egipto:


Para Egipto y el ejército de Faraón Necao, rey de Egipto, que estaba cerca del río Eufrates, en Carquemis, y al que derrotó Nabucodonosor, rey de Babilonia, el año cuarto del reinado de Joaquim, rey de Judá.


En ese día cantarán de esta manera en el país de Judá: Tenemos ahora una ciudad amurallada; El ha construido para defendernos no una, sino dos murallas.


Entonces habrá sobre el cerro Sión y sobre su Asamblea santa, una nube de día y como resplandor de fuego llameante por la noche. La Gloria de Yavé se extenderá por encima como un toldo


Por ese entonces, Nabucodonosor rey de Babilonia invadió el país, y durante tres años Joaquim estuvo sometido a aquél, pero luego se rebeló.


En ese tiempo, el faraón Necao, rey de Egipto, llevó a cabo una expedición hasta el Eufrates para combatir con el rey de Asur. El rey Josías salió a enfrentarlo, pero Necao dio orden de matarlo en cuanto lo vio.


Yavé dijo: 'He visto la humillación de mi pueblo en Egipto, y he escuchado sus gritos cuando lo maltrataban sus mayordomos. Yo conozco sus sufrimientos,


Sacaré de su boca la carne con sangre, y de sus dientes los alimentos prohibidos. Pero nuestro Dios se dejará para él a algunos filisteos, que formarán como una familia en Judá. Ecrón será tratado como el jebuseo.


Protegeré a esta ciudad y la salvaré, en consideración a mí mismo y mi servidor David'.


No temerás una catástrofe repentina o el ataque imprevisto de los malhechores.


Ese día, dice Yavé, sembraré la confusión entre los caballos y volveré locos a sus jinetes. Dejaré ciegos a todos los pueblos y cuidaré de la casa de Judá.


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