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Zacarías 8:21 - Biblia Católica (Latinoamericana)

21 De una ciudad a otra se enviarán invitaciones diciendo: 'Vengan con nosotros a orar ante Yavé, vayamos a buscar a Yavé; pues ya estamos listos para partir.

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Biblia Reina Valera 1960

21 y vendrán los habitantes de una ciudad a otra, y dirán: Vamos a implorar el favor de Jehová, y a buscar a Jehová de los ejércitos. Yo también iré.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 La gente de una ciudad dirá a la gente de otra: “Vengan con nosotros a Jerusalén para pedir que el Señor nos bendiga. Adoremos al Señor de los Ejércitos Celestiales. Yo estoy decidido a ir”.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 y los habitantes de una irán a otra, diciendo: ¡Vamos, vayamos a aplacar a YHVH y a buscar a YHVH Sebaot! ¡Yo también iré!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 y los habitantes de una irán a otra diciendo: '¡Vayamos a aplacar la faz de Yahveh, a buscar a Yahveh Sebaot. Yo también quiero ir!'.'

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

21 Y vendrán los habitantes de una ciudad a otra, y dirán: Vamos pronto a implorar el favor de Jehová, y a buscar a Jehová de los ejércitos. Yo también iré.

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Zacarías 8:21
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La ciudad de Betel había enviado una delegación presidida por Saresa y Reguem-Melec para que presentaran a Yavé sus súplicas


Empeñémonos en conocer a Yavé. Su venida es tan cierta como la de la aurora, y su intervención, tan repentina como la llegada del día. Llegará como la lluvia, como el aguacero que riega la tierra.


Bendigan al Señor todas sus obras, en todos los lugares de su dominio.


Y así es como pueblos numerosos y naciones poderosas llegarán a Jerusalén, para adorar a Yavé de los ejércitos y pedirle favores,


Tras ellos vinieron a Jerusalén, para ofrecer sacrificios a Yavé, el Dios de sus padres, aquéllos de entre todas las tribus de Israel que buscaban sinceramente a Yavé, el Dios de Israel;'


Irán a verlo todas las naciones y subirán hacia él muchos pueblos, diciendo: 'Vengan, subamos al cerro de Yavé, a la Casa del Dios de Jacob, para que nos enseñe sus caminos y caminemos por sus sendas. Porque la enseñanza irradia de Sión, de Jerusalén sale la palabra de Yavé.


Vendrá un día en que los centinelas gritarán desde los cerros de Efraím: '¡Levántense, subamos a Sión, adonde está Yavé nuestro Dios!'


Los dos discípulos le oyeron decir esto y siguieron a Jesús.


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