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Zacarías 3:4 - Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Tomó éste la palabra y les ordenó a sus asistantes:

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Biblia Reina Valera 1960

4 Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Entonces el ángel dijo a los otros que estaban allí: «Quítenle esa ropa sucia». Luego se volvió hacia Jesúa y le dijo: «¿Ya ves? He quitado tus pecados y ahora te voy a dar esta ropa nueva y fina».

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Éste mandó a los que estaban ante Él, diciendo: ¡Quitadle las vestiduras inmundas! Y a él le dijo: Mira, he quitado de ti el pecado, y te he hecho vestir ropas de gala.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Éste, tomando la palabra, habló así a los que estaban ante él: 'Quitadle las ropas sucias'. Y a él le dijo: 'Mira: te he quitado tu iniquidad'. Y añadió: 'Vestidle vestiduras festivas

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Y habló el Ángel, y mandó a los que estaban delante de Él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él dijo: Mira que he hecho pasar de ti tu pecado, y te vestiré con ropas de gala.

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Zacarías 3:4
34 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pero el padre dijo a sus servidores: '¡Rápido! Traigan el mejor vestido y pónganselo. Colóquenle un anillo en el dedo y traigan calzado para sus pies.


Salto de alegría delante de Yavé, y mi alma se alegra en mi Dios, pues él me puso ropas de salvación y me abrigó con el chal de la justicia, como el novio se coloca su corona, o como la esposa se arregla con sus joyas.


Yo contesté: 'Señor, tú lo sabes. El Anciano me replicó: 'Esos son los que vienen de la gran persecución; han lavado y blanqueado sus vestiduras con la sangre del Cordero.


Los rociaré con un agua pura y quedarán purificados; los purificaré de todas sus impurezas y de todos sus inmundos ídolos.


Soy yo quien tenía que borrar tus faltas y no acordarme más de tus pecados.


Tal fue el caso de algunos de ustedes, pero han sido lavados, han sido santificados y rehabilitados por el Nombre de Cristo Jesús, el Señor, y por el Espíritu de nuestro Dios.


Esto te manda decir Yavé: Si andas por mis caminos y respetas mis disposiciones, tú mismo gobernarás mi Casa y cuidarás de sus patios. Yo dejaré que formes parte de los que están aquí presentes.


¿Qué Dios hay como tú, que borra la falta y que perdona el crimen; que no se encierra para siempre en su enojo, sino que le gusta perdonar?'


y darles (a todos los afligidos de Sión) una corona en vez de ceniza, el aceite de los días alegres, en lugar de ropa de luto, cantos de felicidad, en vez de pesimismo. Les pondrán el sobrenombre de 'Encinas de Justicia', 'los que Yavé plantó para su gloria'.


Yo perdonaré sus maldades y no volveré a acordarme de sus pecados.


Dios hizo cargar con nuestro pecado al que no cometió pecado, para que así nosotros participáramos en él de la justicia y perfección de Dios.


Pues pongo ahora delante de Josué una piedra que reluce como si tuviera siete ojos y yo mismo escribo en ella la inscripción. y cancelo la deuda del país en un solo día.


Rocíame con agua, y quedaré limpio; lávame y quedaré más blanco que la nieve.


y se revistieron del hombre nuevo que no cesa de renovarse a la imagen de su Creador hasta alcanzar el perfecto conocimiento.


El pecado paga un salario, y es la muerte. La vida eterna, en cambio, es el don de Dios en Cristo Jesús, nuestro Señor.


Mediante la fe según Jesucristo Dios reordena y hace justos a todos los que llegan a la fe. No hay distinción de personas,


Al día siguiente Juan vio a Jesús que venía a su encuentro, y exclamó: 'Ahí viene el Cordero de Dios, el que carga con el pecado del mundo.


El ángel contestó: 'Yo soy Gabriel, el que tiene entrada al consejo de Dios, y he sido enviado para hablar contigo y comunicarte esta buena noticia.


Yavé presentó ante mis ojos a Josué, el gran sacerdote. Estaba éste frente al ángel de Yavé, y tenía a su derecha a Satán, que lo estaba acusando.


¡Despierta, despierta, levántate, Sión! Vístete de fiesta, Jerusalén, Ciudad Santa. Ya no volverá a entrar en ti ni el incircunciso ni el impuro.


Miqueas agregó: 'Escucha esta palabra de Yavé: Vi a Yavé sentado en su trono con todo el ejército de los cielos a su derecha y a su izquierda.


David dijo a Natán: '¡Pequé contra Yavé!' Y Natán le respondió: 'Yavé te perdona tu pecado, no morirás.


Yo seguía mirando, y oí el clamor de una multitud de ángeles que estaban alrededor del trono, de los Seres Vivientes y de los Ancianos. Eran millones, centenares de millones


Después entró el rey para conocer a los que estaban sentados a la mesa, y vio un hombre que no se había puesto el traje de fiesta.


Cuando los sacerdotes salgan del santuario al patio exterior, dejarán allí las vestimentas con que oficiaron, porque esas vestimentas son santas. Se pondrán otras y entonces irán al patio reservado al pueblo.


Una vez más te compadecerás de nosotros, pisotearás nuestras faltas. Tira, pues, al fondo del mar todos nuestros pecados.


He disuelto tus pecados como una neblina, y tus faltas como se deshace una nube. Vuélvete a mí, pues yo te he rescatado.


Joaquim dejó sus ropas de prisionero y, en adelante, se sentó a comer en la mesa del rey.


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