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Zacarías 13:9 - Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Echaré ese tercio al fuego; lo purificaré como se hace con la plata, lo pondré a prueba como se prueba el oro. El invocará mi Nombre y yo lo escucharé. Entonces yo diré: '¡Este es mi pueblo!', y él, a su vez, dirá: '¡Yavé es mi Dios!'

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Biblia Reina Valera 1960

9 Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. Él invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 A este último grupo lo pasaré por el fuego y los haré puros. Los refinaré como se refina la plata y los purificaré como se purifica el oro. Invocarán mi nombre y yo les responderé. Les diré: “Este es mi pueblo”, y ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”».

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y a esa tercera parte la haré pasar por el fuego, Y los refinaré como se refina la plata, Y los probaré como se prueba el oro. Invocará mi Nombre, y Yo le responderé, Y diré: Es mi pueblo, Y él dirá: YHVH es mi Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Meteré ese tercio en el fuego: los purificaré como se purifica la plata y los probaré como se prueba el oro. Él invocará mi nombre, y yo lo escucharé y diré: 'Éste es mi pueblo'. Y él dirá: 'Yahveh es mi Dios'.'

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Y meteré en el fuego la tercera parte, y los refinaré como se refina la plata, y los probaré como se prueba el oro. Invocarán mi nombre, y yo les oiré, y diré: Pueblo mío; y ellos dirán: Jehová es mi Dios.

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Zacarías 13:9
54 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

invócame en el día de la angustia, te libraré y tú me darás gloria.


Y todo el que invoque el Nombre del Señor se salvará.


Esto sí, te he puesto en el fuego, igual que la plata, y te he probado en el horno de la desgracia.


Si me invoca, yo le responderé, y en la angustia estaré junto a él, lo salvaré, le rendiré honores.


Esa será la herencia del vencedor: yo seré Dios para él y él será hijo para mí.


Queridos hermanos, no se sorprendan por el fuego que ha prendido en medio de ustedes para ponerlos a prueba. No es algo insólito lo que les sucede.


Y ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios.


Si atraviesas el río, yo estaré contigo y no te arrastrará la corriente. Si pasas por medio de las llamas, no te quemarás, ni siquiera te chamuscarás.


Feliz el hombre que soporta pacientemente la prueba, porque, después de probado, recibirá la corona de vida que el Señor prometió a los que lo aman.


Reanimaré al pueblo de Judá y liberaré a la gente de José. Los restableceré, pues les he tenido lástima, y serán como si nunca los hubiera rechazado (porque yo, Yavé, su Dios, los he escuchado).


Esta es la alianza que pactaré con la raza de Israel en esos tiempos que han de venir, palabra del Señor: Pondré mis leyes en su mente y las grabaré en su corazón, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


Mas El me conoce, sea que ande o que me pare, y si me prueba en el crisol, saldré puro.


Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, guardándonos mutuamente fidelidad y respeto.


Esta es la alianza que yo pactaré con Israel en los días que están por llegar, dice Yavé: pondré mi ley en su interior, la escribiré en sus corazones, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


Entonces, si llamas a Yavé, responderá. Cuando lo llames, dirá: 'Aquí estoy. Si en tu casa no hay más gente explotada, si apartas el gesto amenazante y las palabras perversas;'


Me pasearé en medio de ustedes y seré Dios de ustedes mientras ustedes serán mi pueblo.


Dispondré el ánimo de los descendientes de David y de los habitantes de Jerusalén para que vuelvan a mí con amor y confianza. Llorarán por aquel que ha sido traspasado, como se siente la muerte de un hijo único, y lo echarán de menos como se lamenta el fallecimiento del primer hijo.


Hay crisol para la plata, y horno para el oro; Yavé es el que sondea los corazones.


Dichoso el pueblo que esta suerte tiene, dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor.


Mi morada permanecerá por encima de ellos, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


Vivirán en el país que di a sus padres, ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios.


Así caminarán según mis mandamientos, observarán mis leyes y las pondrán en práctica; entonces serán mi pueblo y yo seré su Dios.


Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.


Tocó el primero, y se produjo granizo y fuego mezclado con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra: se quemó la tercera parte de la tierra, la tercera parte de los árboles ardió y toda la hierba verde se abrasó.


Tocó el segundo ángel su trompeta, y algo así como un inmenso cerro fue echado al mar: la tercera parte del mar se convirtió en sangre,


la tercera parte de los seres que viven en el mar pereció y un tercio de los navíos naufragó.


Tocó el tercer ángel su trompeta, y una estrella grande, que parecía un globo de fuego, cayó del cielo sobre la tercera parte de los ríos y de los manantiales de agua.


La estrella se llama Ajenjo: la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y mucha gente murió a causa de las aguas que se habían vuelto amargas.


Tocó el cuarto ángel su trompeta, y quedó afectada la tercera parte del sol, de la luna y de las estrellas: perdieron un tercio de su claridad, la luz del día disminuyó un tercio, y lo mismo la de la noche.


Así como se mira con gusto estos higos buenos, así me voy a interesar por el bien de los desterrados de Judá, que eché de este lugar al país de los caldeos.


Expulsaré de entre ustedes a los rebeldes, a los que se rebelaron contra mí; los echaré del país donde se encuentran, pero no entrarán en la tierra de Israel; entonces sabrán que yo soy Yavé.


La caída de algunos de los que saben servirá para purificar, lavar y blanquear a muchos de los demás hasta el tiempo del fin, el cual ya ha sido fijado, pero que todavía es futuro.


Muchos serán purificados, blanqueados y puestos a prueba; los malos harán el mal y no comprenderán, mas los que tienen el conocimiento comprenderán.


Tú estableciste a tu pueblo Israel para que fuera tu pueblo para siempre, y tú, Yavé, llegaste a ser su Dios.


La plata tiene su mina el oro un lugar donde se purifica.


Al altar de Dios me acercaré, al Dios de mi alegría; jubiloso con arpa cantaré al Señor, mi Dios.


Mi amado es para mí, y yo para mi amado; lleva a su rebaño a pastar entre los lirios.


Por eso, así habla Yavé de los Ejércitos: 'Voy a probarlos en el fuego del crisol, ¿qué otra cosa puedo hacer con la hija de mi pueblo?'


Así la casa de Israel no se apartará más de mí. Dejarán de ensuciarse con sus faltas, serán mi pueblo y yo seré su Dios, palabra de Yavé.


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