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Zacarías 11:3 - Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Resuenan los lamentos de los pastores al ver arruinado lo que era su gloria. Hacen eco los rugidos de los leones porque ha sido devastada la gloria del Jordán.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Voz de aullido de pastores, porque su magnificencia es asolada; estruendo de rugidos de cachorros de leones, porque la gloria del Jordán es destruida.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Escuchen el gemido de los pastores porque se destruyeron sus abundantes pastizales. Oigan rugir a los leones jóvenes porque se arruinaron sus matorrales en el valle del Jordán.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Oíd: gimen los pastores, Porque su magnificencia° quedó arruinada. Oíd: rugen los leoncillos, Porque la gloria° del Jordán quedó asolada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 ¡Escuchad! Lamento de pastores, porque está arruinado su esplendor. ¡Escuchad! Rugido de leones, porque está arrasado el plantel del Jordán.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Hay una voz del aullido de los pastores, porque su gloria está arruinada; voz de rugidos de cachorros de leones, porque la soberbia del Jordán es destruida.

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Zacarías 11:3
34 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Alguien sale como un león de la espesura del Jordán, y se dirige a un potrero siempre verde; así, en un abrir y cerrar de ojos los echaré de allí y colocaré a mi elegido. ¿Quién es, en efecto, como yo? ¿Quién podrá demandarme ante la justicia? ¿Dónde está el pastor capaz de hacerme frente?'


¿Hubo algún profeta que sus padres no hayan perseguido? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del Justo, y ustedes ahora lo han entregado y asesinado;'


¡No les hagan caso! Son ciegos que guían a otros ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo.


En un mes despedí a los tres pastores. Pero me aburrieron las ovejas, y ellas también se disgustaron conmigo.


Ese día ya no tendrás que avergonzarte de todas esas faltas que cometes contra mí, pues de en medio de ti yo arrancaré a aquellos que se jactan de su orgullo y tú no seguirás vanagloriándote de mi montaña santa.


Sus reyes en medio de ella son como leones que rugen; sus gobernantes son como lobos nocturnos que no guardan ni un hueso para el día siguiente.


Ese día, lo asegura Yavé, un tremendo clamor saldrá de la Puerta del Pescado; aullidos de la ciudad nueva, y un ruido espantoso de los cerros vecinos.


Por eso, la tierra ha temblado y están de duelo sus habitantes, el suelo sube y baja como aumentan y bajan las aguas del Nilo.


Pónganse su cinturón, sacerdotes, y laméntense. Lloren, ministros del Señor. Vengan a pasar la noche cubiertos de saco, ministros de mi Dios. Ya no se ven ofrendas ni vino en la casa de su Dios.


Los habitantes de Samaria se lamentan por su ternero de Betavén; su pueblo hace duelo por el ternero, y los sacerdotes lloran a su glorioso ídolo;'


Como un león que sale de la espesura del Jordán y se dirige a un potrero siempre verde, así, en un abrir y cerrar de ojos, estaré en sus praderas y los haré huir. Pues ¿quién es como yo? ¿Quién podrá resistirme, y dónde está el pastor capaz de hacerme frente?


trataré a este templo como traté al santuario de Silo, y pondré a Jerusalén como ejemplo; todas las naciones de la tierra reconocerán que yo la maldije.


No confíen en palabras mentirosas como éstas: ¡Miren el Templo de Yavé!, ¡aquí está el Templo de Yavé!, ¡éste es el Templo de Yavé!


Inútilmente he corregido a sus hijos, ya que nadie me ha hecho caso. La espada, más feroz que un león, ha devorado a sus profetas, pero no entendieron.


Contra ti han rugido leones, tu tierra ha sido desolada, tus ciudades, incendiadas y despobladas.


El nombre de ustedes no se recordará más que cuando mis elegidos pronuncien una maldición: '¡Así te haga morir el Señor Yavé!' En cambio, a mis servidores les daré un nombre nuevo.


Sálvame de la boca del león, y de los cuernos del toro lo poco que soy.


Tiene un rugido como de leona, ruge como un cachorro de león, gruñe y atrapa su presa, se la lleva y nadie se la quita.


Gime, ciprés, porque se ha venido abajo el cedro, porque han sido derribados los gigantes. Giman también, encinas de Basán, porque ha sido talada la selva impenetrable.


Dirás: '¡Qué leona era tu madre en medio de los leones! Se acostaba junto a sus cachorros y los amamantaba.


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