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Tito 3:7 - Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Habiendo sido reformados por gracia, esperamos ahora nuestra herencia, la vida eterna.

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Biblia Reina Valera 1960

7 para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Por su gracia él nos hizo justos a sus ojos y nos dio la seguridad de que vamos a heredar la vida eterna.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 para que, justificados por su° gracia, fuésemos hechos herederos de la vida eterna, conforme a la esperanza.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 para que, justificados por su gracia, seamos, como esperamos, herederos de una vida eterna.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.

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Tito 3:7
25 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Siendo hijos, son también herederos; la herencia de Dios será nuestra y la compartiremos con Cristo. Y si hemos sufrido con él, estaremos con él también en la Gloria.


Pero todos son reformados y hechos justos gratuitamente y por pura bondad, mediante la redención realizada en Cristo Jesús.


Porque la generosidad del Dios Salvador acaba de manifestarse a todos los hombres;'


Tal fue el caso de algunos de ustedes, pero han sido lavados, han sido santificados y rehabilitados por el Nombre de Cristo Jesús, el Señor, y por el Espíritu de nuestro Dios.


Esperamos la vida eterna que nos había prometido desde siempre el Dios que no miente jamás.


Miren, hermanos, ¿acaso no ha escogido Dios a los pobres de este mundo para hacerlos ricos en la fe? ¿No les dará el reino que prometió a quienes lo aman?


Sin embargo hemos reconocido que las personas no son justas como Dios las quiere por haber observado la Ley, sino por la fe en Cristo Jesús. Por eso hemos creído en Cristo Jesús, para ser hechos justos a partir de la fe en Cristo Jesús, y no por las prácticas de la Ley. Porque el cumplimiento de la Ley no hará nunca de ningún mortal una persona justa según Dios.


Yo digo por gracia, y no porque cumplían. De otra manera la gracia no sería gracia.


Y si ustedes son de Cristo, también son descendencia de Abrahán y herederos de la promesa.


Por eso la fe es el camino, y todo es don. De este modo la promesa de Abrahán queda asegurada para toda su raza, no sólo para sus hijos según la Ley, sino también para aquellos que por la fe son hijos suyos.


¿Quién los echó? ¿La Ley que pedía obras? No, otra ley, que es la fe. Nosotros decimos esto: la persona es reformada y hecha justa por la fe, y no por el cumplimiento de la Ley.


Y ustedes, maridos, sean a su vez comprensivos en la vida en común. Sabiendo que sus compañeras son seres más delicados, y que ambos comparten la gracia que lleva a la vida, eviten las amenazas. Este será un buen medio para que Dios escuche lo que ustedes le pidan.


La fe hizo que se quedara en la tierra prometida, que todavía no era suya. Allí vivió en tiendas de campaña, lo mismo que Isaac y Jacob, a los que beneficiaba la misma promesa.


Por la fe Noé escuchó el anuncio de acontecimientos que no se podían anticipar, y construyó el arca en que iba a salvarse con su familia. La fe de Noé condenaba a sus contemporáneos, y por ella alcanzó la verdadera rectitud, fruto de la fe.


Por eso Dios también confirmó su promesa con un juramento, para demostrar a sus destinatarios que nunca cambiaría su decisión.


De modo que ya no eres esclavo, sino hijo, y siendo hijo, Dios te da la herencia.


Cuando alguien ha realizado una obra o trabajo, no se le entrega el salario como un favor, sino como una deuda.


Ahora nos queda aguardar la feliz esperanza, la manifestación gloriosa de nuestro magnífico Dios y Salvador, Cristo Jesús,


Entonces el Rey dirá a los que están a su derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre, y tomen posesión del reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo.


Jesús estaba a punto de partir, cuando un hombre corrió a su encuentro, se arrodilló delante de él y le preguntó: 'Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para conseguir la vida eterna?'


Que los anime el propio Cristo Jesús, nuestro Señor, y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado dándonos en su misericordia un consuelo eterno y una esperanza feliz.


Pues todos ellos no son más que funcionarios espirituales, y reciben una misión para bien de los que recibirán la salvación.


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