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Sofonías 1:17 - Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Les mandaré a los hombres la congoja, y andarán como ciegos ( ). Su sangre será esparcida como el polvo y sus restos yacerán como basura.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra Jehová; y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 »Por haber pecado contra el Señor, los haré andar a tientas como el ciego. Su sangre será vertida en el polvo y sus cuerpos quedarán pudriéndose sobre la tierra».

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Yo haré que los hombres se angustien y deambulen como ciegos, por cuanto pecaron contra YHVH, su sangre será derramada como polvo y sus entrañas como excremento.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Pondré a los hombres en aprieto y caminarán como ciegos, porque pecaron contra Yahveh; su sangre será esparcida como polvo, su carne como estiércol.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra Jehová; y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol.

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Sofonías 1:17
41 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El país se convertirá en un desierto por culpa de sus habitantes: esto será el fruto de sus maldades.


Tú piensas: 'Soy rico, tengo de todo, nada me falta'. Y no te das cuenta de que eres un infeliz, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo.


que fueron exterminados junto a Endor, y de abono sirvieron a la tierra.


En cambio, quien odia a su hermano está en las tinieblas y camina en tinieblas; y no sabe adónde va, pues las tinieblas lo han cegado.


En cambio, quien no tiene todo esto es ciego y corto de vista, y se ha olvidado de que fue purificado de sus pecados pasados.


Quiero, hermanos, que entiendan este misterio y no se sientan superiores. Una parte de Israel va a quedarse endurecida hasta que el conjunto de las naciones haya entrado;'


Y entonces, ¿qué? Israel no encontró lo que buscaba, pero sí lo encontraron esos elegidos mientras los demás se endurecían.


¡No les hagan caso! Son ciegos que guían a otros ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo.


Desencadené sobre ustedes una peste parecida a la de Egipto; masacré por la espada a sus jóvenes y se llevaron a todos sus caballos; hice que subiera hasta sus narices la hediondez de sus muertos en combate. Y ustedes, sin embargo, no volvieron a mí, palabra de Yavé.


Por tierra yacen en las calles niños y ancianos; mis vírgenes y mis jóvenes cayeron a cuchillo; mataste en el día de tu cólera, mataste sin compasión.


Es justo Yavé, porque fui rebelde a sus órdenes. Escuchen, pues, pueblos todos, y miren mi dolor. Mis vírgenes y mis jóvenes han ido al cautiverio.


Vigiló mis crímenes, los juntó y los ató; están en su mano. Su yugo pesa sobre mi cuello ha hecho flaquear mi fuerza; Yavé me ha entregado en manos que no puedo resistir.


Gravemente pecó Jerusalén y se hizo impura. Los que la alababan, la desprecian, porque la vieron desnuda. Y ella gime y esconde el rostro.


¡Entrega, pues, sus hijos al hambre, déjalos a merced de la espada! Que sus mujeres se queden sin hijos ni maridos. ¡Que sus esposos sean muertos por la peste y sus jóvenes atravesados por la espada en la guerra!


Los someteré a cuatro tiranos, dice Yavé: la espada para matarlos, los perros para despedazarlos, las aves de rapiña y las fieras salvajes para devorarlos y aniquilarlos. (


Pues así habla Yavé: 'Voy a lanzar muy lejos a los habitantes del país y los haré perseguir de manera que los alcancen.


Todo esto te mereces por tu mala conducta y por tus fechorías. Que se te parta el corazón de pena porque te rebelaste contra mí.


Tus mismas faltas te castigan y tus infidelidades te condenan. Reconoce y comprueba cuán malo y amargo resulta abandonar a Yavé, tu Dios, y dejar de temerme a mí, palabra de Yavé Sabaot.


¿Acaso no sucedió esto porque has abandonado a Yavé, tu Dios, que te indicaba el camino?


Así habla Yavé: ¿Acaso despedí a su madre? ¡Muéstrenme el certificado de divorcio!


Es un espíritu que adormece, el que Yavé les ha enviado; les ha cerrado los ojos a ustedes los profetas, y a ustedes los videntes, les ha vendado los ojos.


Se niegan a creer, porque el dios de este mundo los ha vuelto ciegos de entendimiento y no ven el resplandor del Evangelio glorioso de Cristo, que es imagen de Dios.


Los expondrán al sol, a la luna y a todo el ejército del cielo, a quienes amaron y sirvieron, a quienes siguieron, consultaron y adoraron. No serán recogidos para ser enterrados de nuevo, sino que quedarán como abono por el suelo.


Te aplicaré la sentencia de las mujeres adúlteras y criminales; te entregaré a la cólera y a la indignación.


Porque en medio de ella hay sangre. Si hasta la derramó en las rocas y no lo hizo en el suelo ni la recubrió con tierra.


Yo mismo quise esa sangre aún en las rocas, al descubierto, para que así se excitara mi cólera y se precipitara la venganza.


¡Acostémonos en nuestra vergüenza y que nos cubra nuestra propia confusión! Porque nuestros padres, y nosotros desde nuestra juventud, hemos pecado contra Yavé, nuestro Dios, y no hemos escuchado su voz.


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