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Santiago 5:1 - Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Ahora les toca a los ricos: lloren y laméntense porque les han venido encima desgracias.

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Biblia Reina Valera 1960

1 ¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Presten atención, ustedes los ricos: lloren y giman con angustia por todas las calamidades que les esperan.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que están por venir sobre vosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Y ahora vosotros, los ricos, llorad a gritos por las calamidades que os van a sobrevenir.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 ¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por vuestras miserias que os vendrán.

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Santiago 5:1
36 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El que confía en sus riquezas caerá, mientras que los justos verán cómo crece su follage.


Quien quiera alabarse, que busque su alabanza en esto: en tener inteligencia y conocerme. Yo soy Yavé, y mi obrar en la tierra no es más que bondad, rectitud y justicia. Estas son las cosas que me gustan, palabra de Yavé.


En el día de la cólera, la riqueza no servirá de nada, pero la honradez librará de la muerte.


Se levanta el sol y empieza el calor, seca la hierba y marchita la flor, y pierde toda su gracia. Así también el rico verá decaer sus negocios.


En esta ciudad los ricos se enriquecen en base a crímenes, y los habitantes se han acostumbrado a mentir.


Ni su oro ni su plata los lograrán salvar cuando estalle la cólera de Dios y consuma en el fuego de su celo al país de Judá y destruya sin dejar rastro siquiera a todos los que habitan esa tierra.


Griten, pues se acerca el día de Yavé; es como la tormenta del Dios Todopoderoso.


Ahora les toca el turno a los que dicen: 'Hoy o mañana iremos a tal ciudad y pasaremos allí el año, haremos buenos negocios y obtendremos ganancias.


Ustedes, en cambio, los desprecian. Sin embargo, son los ricos quienes los aplastan a ustedes y los arrastran ante los tribunales.


Comió el Regalón y se sació, engordó Israel y dio coces, rechazó a Dios, que lo formó, despreció a su Roca, que lo salvó.


Avergüéncense, labradores; giman, viñadores, por el trigo y la cebada, porque la cosecha de los campos está perdida.


Despierten, borrachos, y lloren; giman todos los bebedores de vino porque se nos quitó de la boca el vino nuevo.


Dirás: '¡Qué leona era tu madre en medio de los leones! Se acostaba junto a sus cachorros y los amamantaba.


Por eso, vístanse con sacos, lloren y aúllen, porque Yavé no aparta de nosotros su ardiente cólera.


Reconozcan su miseria, laméntenla y lloren. Lo que les conviene es llanto y no risa, tristeza y no alegría.


Pónganse su cinturón, sacerdotes, y laméntense. Lloren, ministros del Señor. Vengan a pasar la noche cubiertos de saco, ministros de mi Dios. Ya no se ven ofrendas ni vino en la casa de su Dios.


Señor, que perezcan por tu mano, acaba con ellos, no los dejes vivir. Llénales el vientre de lo que les reservas, que sus hijos también queden saciados y que dejen las sobras a sus nietos.


En las calles y las azoteas, se ven cubiertos de saco; en las plazas, todos están de duelo, no se oye más que lamentaciones.


Hijo de hombre, habla de parte mía, y di: Esto dice el Señor Yavé: ¡Ay de ese día!


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