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Salmos 96:10 - Biblia Católica (Latinoamericana)

10 El Señor reina, anuncien a los pueblos, él fijó el universo inamovible, él juzgará a los pueblos con justicia.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Decid entre las naciones: Jehová reina. También afirmó el mundo, no será conmovido; Juzgará a los pueblos en justicia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Digan a todas las naciones: «¡El Señor reina!». El mundo permanece firme y no puede ser sacudido. Él juzgará a todos los pueblos con imparcialidad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Decid entre las naciones: ¡YHVH reina! Ciertamente Él ha afirmado el mundo, y no será conmovido. Él juzgará a los pueblos con equidad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Decid a los pueblos: '¡El Señor es el rey!'. El orbe está seguro y no vacila: él gobierna los pueblos rectamente.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Decid entre las naciones: Jehová reina, también afirmó el mundo, no será conmovido: Juzgará a los pueblos en justicia.

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Salmos 96:10
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Reina el Señor, vestido de grandeza, el Señor se revistió de poder, lo ciñó a su cintura, el mundo está ahora firme e inamovible.


Que los poblados se alegren y te canten. Pues tú juzgas los pueblos con justicia, tú riges a los pueblos de la tierra.


Gobernará la tierra con justicia y juzgará con rectitud a las naciones.


Tiene ya fijado un día en que juzgará a todo el mundo con justicia, valiéndose de un hombre que ha designado, y al que todos pueden creer, pues él lo ha resucitado de entre los muertos.


Vi el cielo abierto y apareció un caballo blanco. El que lo monta se llama 'Fiel' y 'Veraz'. Es el que juzga y lucha con justicia.


Desde donde sale el sol hasta el ocaso, en cambio, todas las naciones me respetan y en todo el mundo se ofrece a mi Nombre tanto el humo del incienso como una ofrenda pura. Porque mi Nombre es grande en las mismas naciones paganas, dice Yavé de los ejércitos.


Y oí el ruido de una multitud inmensa como el ruido del estruendo de las olas, como el fragor de fuertes truenos. Y decían: Aleluya. Ahora reina el Señor Dios, el Todopoderoso.


Tocó el séptimo ángel su trompeta; entonces resonaron grandes voces en el cielo: 'Ahora el mundo ha pasado a ser reino de nuestro Dios y de su Cristo. Sí, reinará por los siglos de los siglos.


El es el resplandor de la Gloria de Dios y en él expresó Dios lo que es en sí mismo. El, cuya palabra poderosa mantiene el universo, también es el que purificó al mundo de sus pecados, y luego se sentó en los cielos, a la derecha del Dios de majestad.


y revelar en mí a su Hijo para que lo proclamara entre los pueblos paganos. En ese momento no pedí consejos humanos,


Maldito sea el tramposo que, teniendo en su rebaño un toro, luego de prometérmelo, me sacrifica una bestia raquítica. Porque el Rey grande soy yo, y mi Nombre será respetado en todas las naciones, dice Yavé de los Ejércitos.


En tiempo de esos reinos, el Dios del Cielo suscitará un reino que nunca será destruido; su poder no pasará a pueblo alguno. Derrotará y destruirá a todos los reinos y los reemplazará para siempre.


nuestra boca se llenaba de risa y nuestra lengua de gritos de alegría. Entonces entre los paganos se decía: '¡Qué grandes cosas no ha hecho el Señor por ellos!'


delante del Señor, porque ya viene, porque ya viene a juzgar a la tierra. Al mundo con justicia juzgará, y a los pueblos, según su verdad.


Y dirán: '¡Sí, se gana con ser justo; sí, hay un Dios para juzgar al mundo!'


Paren y reconozcan que soy Dios, muy por encima de los pueblos y muy alto sobre la tierra.


Por eso te ensalzaré, Señor, y en medio de los pueblos cantaré tu Nombre,


Permanezcan arraigados en él y edificados sobre él; estén firmes en la fe, tal como fueron instruidos, y siempre dando gracias.


En tu furor aplástalos, destrúyelos y que ya no existan más. Entonces se sabrá que Dios reina en Jacob y hasta los confines de la tierra.


éste era su mensaje: 'Renuncien a su mal camino, porque el Reino de los Cielos está cerca.


Yavé te asegura: En el momento oportuno te atendí, al día de la salvación, te socorrí. Quise que fueras la alianza del pueblo, que reconstruyeras el país, y entregaras a sus dueños las propiedades destruidas,


Los pueblos bramaban, los reinos en marcha se ponían... El eleva su voz y el mundo se hunde.


Pon fin a la maldad y a los malvados, y fortalece tú al justo, pues las mentes y los corazones tú sondeas, tú que eres un Dios justo.


El Señor es un bastión para el oprimido, un refugio para los tiempos de angustia.


Qué bien venidos, por los montes, los pasos del que trae buenas noticias, que anuncia la paz, que trae la felicidad, que anuncia la salvación, y que dice a Sión: '¡Ya reina tu Dios!'


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