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Salmos 76:6 - Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Al oír tu amenaza, Dios de Jacob, carro y caballo quedaron petrificados.

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Biblia Reina Valera 1960

6 A tu reprensión, oh Dios de Jacob, El carro y el caballo fueron entorpecidos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 A la ráfaga de tu aliento, oh Dios de Jacob, sus caballos y carros de guerra quedan inmóviles.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 ¡A tu reprensión, oh Dios de Jacob, Carros y caballos yacen postrados en profundo sueño!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 despojados se ven los valerosos, dormidos en su sueño, y a los valientes les fallan los brazos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 A tu reprensión, oh Dios de Jacob, el carro y el caballo fueron entorpecidos.

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Salmos 76:6
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Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron este cántico a Yavé: 'Cantaré a Yavé, que se hizo famoso; arrojó en el mar al caballo y su jinete.


Y Miriam les entonaba estas palabras: 'Cantemos a Yavé, que se hizo famoso; arrojó en el mar al caballo y su jinete.


Esto dice Yavé: En mi mesa se hartarán de caballos y de animales de tiro, de hombres selectos y de soldados.


Los que le prendieron fuego como basura, que perezcan al reproche de tu mirada.


Ese día, dice Yavé, sembraré la confusión entre los caballos y volveré locos a sus jinetes. Dejaré ciegos a todos los pueblos y cuidaré de la casa de Judá.


Dormidos están tus pastores, ¡oh rey de Asur! Duermen también tus capitanes, tu pueblo está disperso por los montes, y no hay quién lo reúna.


El león desgarraba para sus cachorros; mataba para sus leonas y llenaba sus guaridas de presas y de carne despedazada.


¿Quién podrá resistir ante su enojo? ¿Quién podrá soportar el ardor de su cólera? Su furor se extiende como el fuego, y las rocas se quiebran ante él.


Haré emborracharse a sus jefes y a sus sabios, a sus gobernantes, funcionarios y soldados, que caerán en un sueño eterno para no despertar más. ¡Así lo declara el Rey, que se llama Yavé de los Ejércitos!


¿Tienen calor? Ya les tengo listo un refresco, se lo daré para que tomen hasta perder los sentidos y caigan en un sueño eterno y nunca más puedan levantarse, afirma Yavé.


Esa misma noche el Angel de Yavé hirió de muerte a ciento ochenta y cinco mil hombres del campamento asirio. A la hora de levantarse, en la mañana, no había más que cadáveres.


Ante tu amenaza emprenden la fuga, se precipitan a la voz de tu trueno;'


Entonces apareció el fondo del mar y las bases del mundo se descubrieron, al ver, Señor, tu enojo, al pasar el soplo de tus narices.


Los arameos se pusieron en orden de batalla frente a David y se trabó el combate. Los arameos dieron vuelta la espalda ante Israel y David les mató setecientos caballos y cuarenta mil hombres. Sobac, su comandante en jefe, fue derribado y murió allí mismo.


David tomó la lanza y la cantimplora que estaban al lado de Saúl y se fueron. Nadie lo vio, nadie lo supo, nadie se movió; todos dormían porque Yavé les había enviado un sueño muy pesado.


Mandaste tu soplo y el mar los cubrió, y se hundieron como plomo en las aguas majestuosas.


Esa misma noche salió el ángel de Yavé y dio muerte en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil hombres. ¡A la mañana siguiente, a la hora de levantarse, sólo había cadáveres, estaban todos muertos!


Y Yavé envió un ángel que exterminó a todos los mejores guerreros de su ejército, a los príncipes y a los jefes que había en el campamento del rey de Asur. Este volvió a su tierra con gran vergüenza y al entrar a la casa de su dios, allí mismo, sus propios hijos lo mataron a espada.


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