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Salmos 73:25 - Biblia Católica (Latinoamericana)

25 ¿A quién tengo en los cielos sino a ti? y fuera de ti nada más quiero en la tierra.

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Biblia Reina Valera 1960

25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 ¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Te deseo más que cualquier cosa en la tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 ¿A quién tengo yo en los cielos? Y fuera de ti, nada deseo en la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 ¿Qué otro tengo yo en el cielo? Contigo nada ansío yo sobre la tierra.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

25 ¿A quién tengo yo en el cielo, sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.

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Salmos 73:25
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Más aún, todo lo considero al presente como peso muerto en comparación con eso tan extraordinario que es conocer a Cristo Jesús, mi Señor. A causa de él ya nada tiene valor para mí y todo lo considero como pelusas mientras trato de ganar a Cristo.


Los dioses del país son sólo mugre, ¡malditos sean los que los escogen


Pues tu amor es mejor que la vida, mis labios tu gloria cantarán.


El cordel repartidor me dejó lo mejor, ¡magnífica yo encuentro mi parcela!


El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.


Ojalá que le agrade mi poema, yo, como sea, me alegro en el Señor.


Pon tu alegría en el Señor, él te dará lo que ansió tu corazón.


Pues, en las nubes, ¿quién es igual al Señor? ¿Quién se le parece entre los hijos de los dioses?


Al altar de Dios me acercaré, al Dios de mi alegría; jubiloso con arpa cantaré al Señor, mi Dios.


Y oí una voz que clamaba desde el trono: 'Esta es la morada de Dios con los hombres; él habitará en medio de ellos; ellos serán su pueblo y él será Dios-con-ellos;'


Amados, a pesar de que ya somos hijos de Dios, no se ha manifestado todavía lo que seremos; pero sabemos que cuando él aparezca en su gloria, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como es.


Felices los de corazón limpio, porque verán a Dios.


Y yo, como justo, contemplaré tu rostro, y al despertar, me saciaré de tu semblante.


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